En distintas ocasiones, y siempre a través de su Newsletter diaria, ha utilizado el gráfico de confianza de los consumidores para averiguar en qué momento del ciclo se encontraba EEUU y, por ende, la economía global.
El pasado 23 de diciembre, último boletín del año, Crespo hablaba de una economía estadounidense “cerca del tope y las bolsas al alza” y decía que “con independencia de que en el Gráfico se puedan hacer otras muchas lecturas, y todas interesantes, nos importa destacar la que visualmente es más evidente: la confianza de los consumidores (línea naranja) se mantiene muy elevada tras haber marcado un nivel máximo de 137,9 en octubre de 2018. Tras eso, retrocedió y ahora se encuentra en 125,5. Los otros máximos de la confianza de los consumidores durante los últimos 45 años se puede apreciar que se alcanzaron en noviembre de 1968 (142,3) y en enero del año 2000 (144,7) fechas que estaban, respectivamente, a 11 y a 14 meses de distancia de que se iniciaran sendas recesiones de la economía de EEUU. También estaban, respectivamente, a uno y cero meses de que en EEUU se iniciara la caída de las Bolsas (si se toma como referencia el Índice Dow Jones Industrials; si no, a uno y dos meses, respectivamente).
Es decir, en ambos casos (1968 y 2000) en que el índice de confianza de los consumidores marcó su máximo relativo cíclico, la recesión se produjo aproximadamente un año después pero la caída de las Bolsas sucedió de forma inminente. Parece magia potagia, pero lo sucedido en esta ocasión (máximo de la confianza de los consumidores en septiembre de 2018) la caída de las Bolsas (-20% para el S&P 500) se produjo también de manera inminente, mientras que la recesión no ha dado señales de vida todavía. Con los ritmos de las otras dos ocasiones, se tendría que haber estado iniciando en este otoño que acaba de terminar. Pero, por ahora, no solo no ha dado señales de vida sino que el Servicio de Estudios del Banco de la Reserva Federal de Atlanta estima que la economía de EEUU habrá crecido en este último trimestre un 2,1% anualizado.
Parece, por tanto, que "la reacción vendedora de los mercados del otoño de 2018 siguió las indicaciones que daba un razonamiento como el que acabamos de hacer para terminar siendo una falsa alarma. Aquí, pues, se abren dos posibilidades: o bien el índice de confianza de los consumidores todavía tiene que marcar un máximo más elevado que el de septiembre de 2018 o bien nos encontramos, una vez más, ante un caso que no tiene antecedentes históricos, cosa que no sería rara habida cuenta de que el experimento monetario de los bancos centrales de todo el mundo tampoco tiene precedente".
Crespo concluía entonces que “salvo rectificación de los datos ya publicados por parte del Departamento de Comercio, la economía de EEUU sigue desbordando sus límites y no hay que descartar un nuevo máximo del índice de confianza de los consumidores y un crecimiento añadido de, al menos, un año más, que es, por otra parte, lo que parece que están indicando el GPS de 1990 y el de 1998: Bolsa de EEUU al alza sin que haya caídas propias de una recesión (-20% o más) antes de un año, aunque sí pueden menudear otras caídas de entre el 6% y el 10% antes de que se cumpla ese plazo de un año.”
En aquel entonces poco se sabía de que este año no iba a ser el mejor pero lo cierto es que ha llegado lo que el Gráfico estaba anunciando para la economía: una recesión en EEUU que tardaría entre 11 y 14 meses en llegar. Es decir, la recesión debía llegar como muy tarde en enero de 2020, aunque según parece lo ha hecho en marzo. Habrá que esperar en todo caso a ver en qué momento sitúa su inicio el NBER que es quien data el comienzo y final de las recesiones en USA”.
"Es curiosa la combinación de acierto y error de las cábalas que hacíamos en diciembre: 1) Acierto: el gráfico estaba dando señales completamente acertadas de cuando se iniciaría la recesión con un grado de imprecisión que seguramente será inferior a dos meses; 2) La Bolsa dio una falsa alarma en el otoño de 2018 que, seguramente, no hubiera sido tal sin la bajada de tipos de interés por parte de la Reserva Federal en los meses de julio, septiembre y octubre y, sobre todo, sin la inyección de liquidez que proporcionó la Reserva Federal al mercado monetario USA mediante repos a partir de septiembre de 2019, lo que nos indujo a 3) la parte de Error que había en el pronóstico de diciembre: creer que todo se retrasaría hasta noviembre de 2020 por causa de esa prolongación “asistida” del mercado alcista"
La anticipación de la recesión económica por parte del Índice de Confianza de los Consumidores fue prácticamente perfecta y su coincidencia con la caída de las Bolsas del otoño de 2018, inicialmente también. Después esto último empezó a dar pistas falsas (excepto para quienes estaban obsesionados con el “masaje” de la Reserva Federal a los mercados) que deslucieron el conjunto.
“Lo más inqietante de todo ésto es la apariencia (o el espejismo) de que el Índice de Confianza de los Consumidores de EEUU sabía desde octubre de 2018 que habría algo (pandemia o no) que haría descarrilar a la economía y a las Bolsas de manera violenta en febrero de 2020”.