El Ibex 35 reconquista hoy los 8.800 puntos, zona de resistencia sobre la que la que inició el año, aunque lo hace con los valores más volátiles y algunos de los menos líquidos del selectivo. No obstante, estas acciones confirman la progresión de su rebote y dan señales de suelo.
Así pues, vemos que
Indra encabeza las subidas hoy con un avance del 3,35% y supera los 10 euros. Además, se coloca a la cabeza del Ibex también en lo que va de año, subiendo, hasta ayer, más de un 12%.
Le sigue Sacyr, que sube un 2,80% y se acerca a los 2 euros animada también por la subida del precio del petróleo, que le beneficia de refilón por su participación en Repsol.
En tercera posición se coloca ArcelorMittal que, tras ser una de las acciones más bajistas hasta la semana pasada, hoy sube un 2,78% hasta los 4,40 euros. Además, en lo que va de año ha recuperado un 10%. Sin embargo, Jesús Sánchez Quiñones, de Renta 4, avisa que “ha subido de forma muy vertical y con mucha volatilidad”.
En la parte baja hoy Gamesa se deja un 2,89% hasta los 16.95 euros mientras continúan los tiras y aflojas con la CNMV para que dé el visto bueno a la fusión con Siemens.
Las miradas también se centran en FCC, que tras suscribir íntegramente la ampliación de capital, el mercado está pendiente de conocer el porcentaje de capital con el que quedará Slim, ya que, si supera el 30%, estará obligado a lanzar una OPA.
En el grupo de blue chips, Santander sube un 1,73% hasta los 4,11 euros; BBVA avanza un 1,21% hasta los 6,29 euros, Telefónica sube un 0,17% hasta los 9,84% después de que Nomura le haya rebajado el precio objetivo de 11,5 a 10 euros; mientras, ceden Repsol (0,38% hasta los 10,48 euros), Iberdrola (0,07% hasta los 5,89 euros), Inditex (0,26% hasta los 5,89 euros).
En el Mercado Continuo...
El valor más alcista de la mañana es Abengoa. Los títulos B se disparan un 16,89% después de que la familia Benjumea se haya hecho a un lado para lograr desbloquear el acuerdo con los acreedores. Inversión Corporativa, el brazo inversor de los Benjumea , que controla un 51% de los derechos políticos y un 19% de las acciones de la empresa, entregó una carta a los acreedores en la que acepta quedarse con un 5% del capital de la compañía tras su reestructuración, frente al 12,5% al que aspiraba inicialmente que se elevaba hasta el 30% en el caso de que la empresa cumpliera el plan de negocio estipulado.