Mucho se espera de la reunión de este jueves por parte de Frankfurt. Banco Central Europeo del que todas las encuestas, desde la de Bloomberg a la de Reuters, las más famosas descuentan un aumento de los tipos de interés en equilibrio entre halcones y palomas, de 50 puntos básicos. Esto supone romper con las dos subidas verticales anteriores, la de septiembre y la efectiva de noviembre, de 75 puntos básicos, en lo que ya se considera, desde que los tipos empezarán a retomar la senda alcista desde niveles negativos, en la subida más abrupta de los tipos en la eurozona en toda su historia.
Desde ING además considerando que a pesar de las diferencias claras que existen entre la dinámica que siguen el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos en sus tipos, esta es una de las pocas veces en las que el BCE moverá ficha tras la Fed y con la ralentización de su subida, puede tener un impacto en el banco central con sede en Frankfurt.
Esa entente cordiale entre los dos mundos en el seno de los 25 miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo se debe a dos favores fundamentales. El primero, la marcha de la inflación en la eurozona, que podría estar tocando techo, con la primera bajada en noviembre hasta el redondo 10% en el que ahora se encuentra, tras el récord de octubre.Es, de facto, la primera caída en 17 meses, de seis décimas caracterizada además por la heterogeneidad de sus niveles.
Desde la superior al 20% de los países bálticos a la moderada de España en el 6,6% de subida - recordemos que hablamos de IPCA, del armonizado- y que refrenda esa escalada de locura en los precios desde el verano del año pasado. Con precios energéticos que siguen subiendo casi un 35% por los alimentos que rozan el 14% de incremento.
El segundo es el efecto pernicioso de las subidas de tipos que ya están, de facto dañando una economía, la de los países de la eurozona, venida muy a menos en 2023, que ya se está notando, recesión incluida en alguno de ellos como Alemania, en un futuro cercano. Algo que también mostrará las diferencias entre países, pero que por si la interrelación económica y en especial, comercial, afectará a todos.
Dos aspectos por los que el mercado descuenta esa subida más moderada que incluso podría culminar, a decir de los expertos del mercado, con otra de igual cuantía en febrero para plantarse los tipos en niveles del 2,5% con la inflación muy elevada, pero ya se espera que, para entonces, algo más a la baja, con la espada de Damocles del efecto de la guerra rusa pisándonos los talones.
Así lo vislumbran los analistas consultados por Bloomberg, mientras plantean otro frente, el de la reducción de su balance, del que, sin grandes anuncios ni novedades, sí se espera algún esbozo de qué pasará con esos 5 billones de euros de bonos- recordemos que de ellos 450.000 corresponden a deuda española- que se han comprado a cuenta de los programas de estímulo.
Aquí los economistas consultados hablan de marzo como el comienzo de la descarga de bonos del BCE. La fórmula a seguir todavía no está escrita y se irá desgranando, descuentan, en próximas reuniones, en un modelo para el que la presidenta de la entidad, Christine Lagarde descarta sorpresas indicando que el descenso del balance será “predecible”.
En otras palabras, sin sustos que puedan alterar las primas de riesgo hasta ahora moderadamente contenidas con esas compras masivas de deuda. Un ajuste cuantitativo que podría pasar por no dejar que la deuda que va venciendo no se reinvierta y no optar por métodos más drásticos como la venta directa de la deuda, que podría provocar una pequeña montaña rusa en los mercados de renta fija.