El Foro Económico de Davos, ese encuentro plagado de nieve en el que cada año se dan cita en las montañas suizas lo más granado del mundo en materia económica, política y social tendrá un encuentro virtual en unos días, ante el azote de la pandemia, algo a lo que se ha resistido, con la cancelación del encuentro el año pasado y al presencial de este año. Pero manda la Covid y la presencia de grandes directivos y tótems del mundo económico se darán cita online dentro de 4 días.
Además, como cada año por estas fechas difunde una encuesta a la que responden todos aquellos que tienen algo que decir en el mundo económico, político y social sobre todo aquello que puede incidir en la marcha global y a la que, los inversores, deben estar más que atentos. Quién nos iba a decir en noviembre de 2019 que un virus nos cambiaría la vida y la economía de la forma en la que lo está haciendo.
Para el Foro Económico Mundial estos son los grandes riesgos mundiales a tener en cuenta y que, en numerosos casos, vienen marcados por la crisis pandémica: salud mental, cambio climático, las desigualdades sociales, las enfermedades infecciosas, con derivas para los próximos 10 años.
Pero en materia económica la crisis de deuda en un horizonte de tres a cinco años vista es el principal riesgo financiero que se presenta. El informe reconoce de buen grado la importancia que ha tenido para todos los países el endeudamiento para proteger los ingresos, preservar los empleo, mantener las empresas a flote y, sobre todo, para tratar de luchar contra la pandemia con la compra de equipos y, sobre todo, las vacunas, en especial en los países desarrollados.
Pero también destaca, que ese endeudamiento público, que por ejemplo en el caso europeo ha llevado a los países comunitarios a dejar sin cumplimiento los objetivos fiscales para que se produjera, es más que elevado. Y lo peor, señala el informe, es que lo seguirá siendo en el tiempo, en especial cuando los presupuestos públicos necesiten dinero para financiar la transición a la sostenibilidad, más allá de la pandemia.
En concreto, de todos los peligros mundiales, es el sexto, por detrás del tiempo extremo y por delante de los fallos en la ciberseguridad. Como ven la erosión en la cohesión social, la crisis de convivencia, el efecto de la acción climática, el deterioro de la salud mental y el clima extremo son los factores que más preocupan y amenazan a la recuperación mundial.
Pero en el caso económico y de forma inmediata, hasta dos años vista, además de la crisis de deuda preocupa en el ámbito económico que explote la burbuja de activos, desde las acciones a los precios de la vivienda, ante la idea de desconexión cada vez mayor de la economía real.
También el colapso de una industria o empresa sistémica, muy significativa con un impacto fundamental en la economía global, los mercados financieros y la sociedad es otro de esos riesgos mundiales que se plantean. A esto se une, además, la ya nombrada crisis de deuda soberana en las grandes economías y el fallo, importante en la trayectoria de la estabilización de precios que ya padecemos: efectos inflacionistas o deflacionistas que no se puedan controlar.
Otro de los riesgos económicos globales que ponen sobre la mesa es la proliferación de la economía ilegal: desde la evasión fiscal, al tráfico de personas, el comercio ilegal o el crimen organizado. Destacan además la posibilidad de un estancamiento económico, el crecimiento cero mundial durante algunos años e incluso un severo shock en el mercado global de materias primas. En este caso hablamos de una distorsión profunda entre oferta y demanda de las commodities básicas, como la energía, y su posible presión sobre los presupuestos.