Además, lo de Grecia empieza a ser un poco de “correveidiles” entre Syriza y los alemanes. Desde Carax Alphavalue “preferimos un mecanismo de salida bien definido para evitar que cada año volvamos a plantearnos un desequilibrio por un país que no tiene peso específico y del que los bancos franceses y alemanes han provisionado un posible default”.

SE comienza a hablar de un coste de unos 60.000 millones para la banca alemana en caso de default. ¿Qué escenario plantea? Estoy convencido de que Syriza, con buen criterio, ha ido cambiando su versión. “No es lo mismo intentar conseguir el voto que cuando uno comienza a estar en el poder por lo que creo que Alexis Tsipras, ha despejado las dudas para las próximas elecciones y ha confirmado que Grecia continuará en el euro
e incluso habrá una negociación en criterios realistas sin dañar a la economía europea”. Una reacción que llega como consecuencia del pulso echado por Alemania, que ha provocado que los griegos hayan destensado la cuerda.

¿Y sobre Rusia? Confirma García que es el que más preocupa. “Grecia se puede contener dentro de Europa pero el caso ruso es más complicado. Tenemos los tipos al 7%, un rublo depreciado y cada vez que el barril de Brent pierde posiciones, suponen 100.000 millones de euros de pérdida para Rusia, lo que es insostenible”. Hasta dónde llegará es complicado de saber pero sí sabemos que la tendencia sigue a la baja. El órdago de Arabia Saudí al fracking americano está siendo un desastre que está afectando a sus socios de la OPEP e incluso a las petroleras convencionales, con lo que está dañando a demasiados agentes. “No es un tema de demanda si no de oferta. En niveles de 40, Arabia Saudí tiene que planteárselo y recortar los niveles de producción para subir algo los niveles de crudo”.

En este entorno ¿qué harán las bolsas europeas? Primero estar pendientes de los datos macro de los que hablaba. “Creo que Draghi lo ha comentado ya: respaldará el QE frente al Bundesbank. Los inversores han adelantado sus expectativas del QE, los beneficios empresariales de las grandes compañías han subido al doble dígito y seguirá siendo así en 2015 con lo que, con un escenario de tipos en mínimos, crudo cayendo y repaldo monetario, la renta variable sigue siendo el activo preferido. “Seguimos aportando y creemos que hay que ser selectivo. NO ser demasiado agresivo porque merece la pena tener una cartera diversificada con alta rentabilidad por dividendo”, explica este experto en Radio Intereconomia.