En declaraciones a Europa Press Televisión, explicó que esta dinámica se debe a la incertidumbre que la situación económica genera entre los consumidores. "No tanto por conseguir un precio de última hora, sino más por una cuestión de no comprometerse, de no firmar y pagar un dinero con un compromiso", añadió.

En este sentido, aconsejó no esperar a las ofertas de última hora, puesto que las agencias de viajes han previsto está caída de ventas y han reducido su oferta para lo han contratado menos plazas. Aunque sí reconoció que si se ha cubierto el 70%, en lugar del 90% a tan sólo unos días de expirar el plazo, la única alternativa que les queda es "incentivar con el precio".

A pesar de todo, Martínez Millán observó que existe en el ciudadano medio una "resistencia a renunciar a las vacaciones principales porque se consideran imprescindibles y necesarias para el descanso y cargar baterías", por lo que resaltó que la previsible caída de facturación de entre un ocho y un diez% se deberá no a un menor número de pasajeros, sino a que "los precios se han reducido por la crisis".

Así, opinó que los cambios en los hábitos no se van a producir en el número de días en las vacaciones o en los destinos, sino en el tipo de gasto que se lleve a cabo una vez en el lugar de descanso.

"Hay mil posibilidades para no renunciar a las vacaciones y eso es lo que se está produciendo, aunque con ese efecto de compra tardía", resumió finalmente.