En este sentido, los políticos asiáticos ya han señalado su disposición a actuar en caso de que sea necesario. Aunque a nivel macroeconómico es demasiado pronto para evaluar el impacto a largo plazo en las economías asiáticas, se espera que el impacto directo en la región sea limitado (especialmente para las economías de la India y el sudeste de Asia), en parte debido a que la exposición comercial con el Reino Unido es mínima para la mayoría de las economías regionales.

Esta temprana y benigna valoración parece reflejarse en los mercados de renta variable, que han subido desde el referéndum de junio, en medio de las expectativas de que es probable que la Reserva Federal de Estados Unidos mantenga a raya los incrementos  de tipos de interés este año. Aun así, la fragilidad de los países desarrollados es un recordatorio de que Asia no debería contar con un rebote de las exportaciones a corto plazo para elevar su modesto crecimiento.

Respecto a la subida de tipos de interés por parte de la Fed, esto constituye una cuestión clave. Al menos por ahora, pensamos que es poco probable que la Reserva Federal suba los tipos este año. De hecho, el mercado de divisas parece haber hecho caso omiso a los comentarios recientes que apuntan hacia un tono más ‘hawkish’. Pero esto, por supuesto, podría cambiar en cualquier momento. La Fed está en conflicto entre la mejora de su economía doméstica y las crecientes incertidumbres internacionales.
En este sentido, los políticos estadounidenses deben tener cuidado para no añadir más incertidumbre a los mercados a la causada por el Brexit. Además, la probabilidad de que se produzca un resultado de shock en las elecciones presidenciales de noviembre y por tanto el riesgo de que una mayor volatilidad pueda lastrar la recuperación estadounidense no se puede descartar. Si no se producen nuevos shock y se mantiene el denominado ‘lower for longer’ (tipos bajos durante más tiempo) esto podría ayudar a sostener los mercados asiáticos.

Además, el crecimiento en China parece haberse estabilizado dado que algunas de las medidas puestas en marcha por el Gobierno están apoyando el crecimiento y comienzan a dar sus frutos. Además, el consumo doméstico sigue siendo bastante positivo y estamos viendo una mejora en el mercado inmobiliario. Asimismo, los inversores han aceptado la debilidad de la divisa y están empezando a entender que hay razones para que sea así. No obstante, los niveles de deuda son todavía preocupantes al mismo tiempo que la rentabilidad de las empresas está descendiendo.