Para empezar, en esta especie de guerra de divisas, ¿deberíamos interesarnos por las divisas de los mercados emergentes?

 Creo que sí. Si adoptamos una visión a largo plazo, tiene mucho sentido suponer que las divisas de los mercados emergentes van a apreciarse, y la explicación es bastante simple. La razón por la que Japón, EE. UU., el Reino Unido y Europa han emprendido esta guerra de divisas es que tienen una enorme deuda. Estos países tienen tantos problemas que necesitan una moneda más débil, necesitan imprimir dinero, porque esta será la única forma de desapalancar sus economías.
En términos generales, los balances de los países de los mercados emergentes están mucho más saneados, su deuda está en buena forma. Hay algunas excepciones, claro, pero por lo general, en Latinoamérica y Asia la situación de deuda es muy buena, por lo que las divisas de esos mercados emergentes deberían ser más fuertes si consideramos un horizonte de cinco años. Dicho lo cual, a muy corto plazo, lo que vemos es que algunos países como, por ejemplo, Brasil están muy preocupados por la guerra de divisas que se está librando a escala global, por lo que es bastante probable que devalúen sus monedas en algún momento, una vez que hayan solventado sus problemas de inflación. Hemos visto que países como México, Chile y Colombia han comprado muchas reservas de divisas para intentar presionar a la baja el valor de sus monedas, por lo que a corto plazo no resulta evidente que las monedas de los mercados emergentes vayan a apreciarse; pero dadas las diferencias en términos de saneamiento de los balances y calidad de las economías en un horizonte de cinco años, resulta obvio que las monedas emergentes reportarán mayores rentabilidades bien a través de la pura apreciación, de la apreciación nominal o de la apreciación del tipo de cambio real efectivo.

 ¿Qué opina del euro?

No hay razón para suponer que el euro se fortalecerá, ya que los problemas de la zona euro no han sido en absoluto resueltos, son aún muy preocupantes. Esto por un lado. Por otro lado, es bastante evidente que si el euro sobrepasa el nivel de 1,35, los políticos franceses, alemanes y españoles —a los que les preocupa mucho la fortaleza de la moneda— intentarán debilitar el euro y, probablemente, el banco central actuará para garantizar que no suba demasiado. Además, no hay razón para suponer que el euro vaya a caer mucho y alcance la paridad con el dólar estadounidense, tal como vienen apuntando algunos especialistas del mercado, ya que la intervención de Mario Draghi en el verano de 2012 alejó el riesgo sistémico, lo que conocemos como riesgo «extremo» (tail risk), es decir, el riesgo de que la situación se deteriore masivamente. La desintegración del euro es muy poco probable, por lo que podemos suponer que el euro seguirá cotizando en un rango aproximado de 1,25- 1,35.

Selección de valores... ¿qué sectores y qué compañías?

Creo que en el universo emergente la selección del mercado de renta variable es mucho más importante que la asignación por países o incluso por sectores, porque existen muchos ejemplos de una excelente coyuntura macroeconómica en la que el mercado no se comportó bien y ejemplos de una mala coyuntura macroeconómica en la que el mercado de renta variable mostró una gran fortaleza. Por ello, en el entorno actual la selección de valores es probablemente más importante que nunca. Los sectores que más nos gustan son los que presentan un grado muy bajo de penetración, ya que ofrecen un verdadero potencial de subida a diez años; así, en el caso de los valores financieros, si quieres invertir en banca, mejor hacerlo en México, Perú e Indonesia que en China, Corea, Sudáfrica o Brasil. En cuanto a los valores de consumo, invertirás principalmente en China, pero en este país, el nivel de consumo expresado como porcentaje del PIB es el más bajo de todos los mercados emergentes y, en términos de selección de valores, creo que la clave del éxito reside en la compra de compañías que generen flujo de caja, simplemente porque existe mucha incertidumbre en los mercados globales. Hemos asistido a la crisis de 2008 con origen en EE. UU., a la crisis de 2011 con origen en la zona euro.... y podrían surgir más crisis en otras zonas. EE. UU. podría decepcionar, la eurozona podría volver a sumirse en otra gran recesión; por todos estos motivos, es preciso invertir en empresas que generen flujo de caja en lugar de hacerlo en valores sobre los que tenemos altas expectativas de crecimiento. Hay que invertir en empresas que no necesiten al mercado. Empresas que generan suficiente flujo de caja como para no tener que emitir bonos, que no necesitan fondos y que pueden capear cualquier crisis.

¿Podría explicarnos el concepto de mercados «frontera»?

Los mercados frontera son aquellos mercados que están mucho menos desarrollados o son mucho menos accesibles para los inversores. Dentro del universo de mercados emergentes, encontramos países que prácticamente pueden considerarse desarrollados, como Corea del Sur y Taiwán —de hecho, podrían perfectamente clasificarse dentro del universo de mercados desarrollados—; también se ha hablado mucho de los BRIC, Brasil, Rusia, India y China; y de los Next 11, que son las futuras grandes economías, como Turquía, Indonesia o Colombia; y, por último, están los mercados frontera como los países africanos: Kenia, Nigeria… invertimos mucho en estos mercados a través de nuestro fondo Carmignac Emerging Discovery. En Latinoamérica, por ejemplo, Perú es un buen mercado frontera. También los países del Golfo, Kuwait, Arabia Saudí, Catar, que son de muy difícil acceso. Invertimos en estos países, aunque son complicados de acceder, hay que hacer mucho papeleo para entrar en ellos.

En Asia, los mejores mercados emergentes van a ser países como Filipinas o Sri Lanka. La especificidad de estos mercados es que sus sistemas financieros están mucho menos desarrollados, por lo que el sector bancario es muy reducido y existen muchos segmentos de la población con poco o ningún acceso a estos servicios; en consecuencia, no hay apalancamiento. Las familias, las empresas y, en muchas ocasiones, los gobiernos están muy poco endeudados, por lo que son los mejores países para invertir si consideramos un horizonte no ya de cinco años, sino probablemente de diez. Así que creamos este fondo, Carmignac Emerging Discovery, para permitir a los inversores acceder a los mercados frontera.

¿Es ahí donde están las oportunidades? ¿En el sector financiero?

Sí, el sector financiero ofrece buenas oportunidades en estos mercados dado que en la mayoría de los casos la cobertura bancaria es muy baja. En Arabia Saudí, por ejemplo, la ratio de préstamos sobre depósitos es una de las más bajas del mundo; la gente deposita su dinero en los bancos y éstos no conceden préstamos, por lo que existe mucho margen de crecimiento en este sentido. Además, la banca se autofinancia, no depende de la financiación externa. También existen oportunidades en empresas de cemento y en compañías que permiten obtener exposición al sector de infraestructuras, puesto que aún hay mucho que construir en estos países.

 Las principales posiciones del fondo están en empresas de mediana capitalización, ¿verdad?

Decidimos separar las empresas de gran capitalización de las de pequeña y mediana capitalización, por lo que comercializamos Carmignac Emergent como fondo de empresas de gran capitalización y buque insignia de la compañía. En 2007, o sea, hace unos cinco años y medio, nos dimos cuenta de que había muchas oportunidades en las pequeñas capitalizaciones y en mercados frontera que no tenían suficiente liquidez para nuestro fondo de grandes capitalizaciones, por lo que decidimos lanzar un segundo fondo, Carmignac Emerging Discovery, para permitir a nuestros inversores acceder a estas pequeñas compañías. Es bueno invertir en pequeñas y medianas capitalizaciones porque ofrecen un mayor crecimiento, suelen ser más baratas y si escoges los títulos adecuados, pueden duplicar o triplicar fácilmente su valor, mientras que en el universo de grandes capitalizaciones encuentras compañías muy sólidas que todos conocemos, como Ambev en Brasil; pero Ambev ya tiene una capitalización bursátil superior a los 100.000 millones de dólares, y no va a triplicarse. Su rendimiento fue excepcional en el pasado, y ahora está pagando un buen dividendo, pero no va a ser un valor excepcional en el futuro, mientras que en el universo de pequeñas capitalizaciones, si seleccionas empresas autofinanciadas, empresas que generan mucho flujo de caja en sectores poco explotados, en países fiables, en buenos mercados frontera, algunas de ellas triplicarán su valor o incluso lo multiplicarán por diez, y esto es lo que más nos gusta de los mercados emergentes: su enorme potencial de crecimiento.

¿Puede darnos algún ejemplo?

 Sí, claro. En Asia hemos invertido en un banco llamado Bank Negara Indonesia. Indonesia es el único país asiático en el que la penetración bancaria es muy baja, no se conceden muchos préstamos, simplemente porque la crisis asiática de finales de los noventa acabó con los bancos y éstos nunca han logrado recuperarse de verdad. Tenemos muchas inversiones en Filipinas. Tenemos una compañía llamada Holcim Philippines en el sector del cemento. Filipinas es un país en el que el consumo de cemento per cápita es muy bajo, pero todos sabemos que hay una gran cantidad de inversiones proyectadas y que el parque de viviendas está totalmente infradesarrollado, por lo que el consumo de cemento va a aumentar mucho en el futuro. En Perú, tenemos una buena empresa del sector de consumo llamada Alicorp, dedicada a la alimentación. La situación macroeconómica en Perú es muy buena, y esta compañía genera mucha caja, por lo que vemos una trayectoria de crecimiento a diez años para Alicorp y creemos que podría triplicar o cuadriplicar su valor.