Esta frase no la ha dicho cualquiera, la ha dicho el presidente de Blackrock, la mayor gestora de activos del mundo. Y aunque lo dijo hace unos dias, mirén la vigencia que tiene, justo en el momento en el que Israel ataca a Iran y la volatilidad vuelve a los mercados financieros.

Una frase lapidaria que captura a la perfección el nerviosismo a corto plazo, dominado por la especulación sobre aranceles y tensiones geopolíticas, frente a las grandes transformaciones que ya están en marcha. La volatilidad está aquí para quedarse y los inversores deben mirar más a largo plazo.

En cambio sabemos que vamos a invertir en defensa, que la tecnología nuclear será decisiva en el futuro y que las fuentes de almacenamiento es el gran desafío para los próximos años...Pero mañana salta cualquier chispa y se caen los mercados.

La fiesta se acabo según Larry. Fink : el modelo de globalización que vivimos desde la caída del Muro de Berlín se está desmoronando. Y no es de extrañar. Si bien el PIB mundial creció más en esas décadas que en toda la historia anterior, los beneficios no llegaron a todos por igual.

"Los inversores del S&P 500 obtuvieron una rentabilidad superior al 3.800%. Los trabajadores del cinturón industrial, no".

La clave, según Fink, es la figura del "ciudadano inversor". La idea es tan simple como potente: si las personas que impulsan el crecimiento económico de su país son también propietarias de una parte de ese crecimiento, la riqueza se distribuirá de forma más justa y sostenible.   Es decir el mandamás de Blackrock quiere que cuantos más ahorradores inviertan, mejor. 

El dato es demoledor: "Los europeos ahorran más del triple de sus ingresos que los estadounidenses, pero invierten mucho menos". Ese dinero, paralizado en cuentas corrientes, pierde valor día a día por la inflación, en lugar de estar financiando a nuestras empresas y generando riqueza para todos.

Pasaremos de invertir a construir carteras: la tarea del inversor

La visión de Fink conecta directamente con una filosofía que siempre defendemos desde Estrategias de Inversión: invertir no basta, hay que construir carteras. Jugárselo todo a una carta, ya sea un valor de moda o un único mercado, es una receta para el desastre en un entorno tan volátil.

La "reglobalización" implica que las oportunidades no estarán solo en los "7 magníficos" de EE.UU. De hecho, los flujos de capital ya han empezado a mirar hacia Europa y España, donde muchas empresas están saneadas y a precios atractivos. La diversificación geográfica y sectorial es más importante que nunca.

Para nosotros, los inversores, esto significa tener una visión global, entender las megatendencias y, sobre todo, construir carteras diversificadas y resilientes  que nos permitan navegar esta nueva era. La partida ha cambiado, y hay que saber mover las fichas.

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