Era un secreto a voces y hoy se ha confirmado. El Presidente del Gobierno acomete una reforma importante del Gobierno y entre los cambios realizados destaca el del titular del Ministerio de Economía, Pedro Solbes abandona la cartera y al frente se sitúa Elena Salgado. En opinión de Damián Querol, director de análisis de Banco Gallego, “España se enfrenta como el resto del mundo a una de las mayores recesiones desde la II Guerra mundial”, de hecho “no entraba desde 1993 en recesión técnica y hemos vuelto a esa situación empujados también por un contexto complejo internacional desde el punto de vista inmobiliario y financiero”. La crisis ha impacto de forma más virulenta en “un sector que nos daba un crecimiento sostenido desde 1997” y “que permitió una fuerte creación de empleo”. Ahora, vivimos “un momento complejo y es que la recesión ha entrado de forma drástica y muy rápidamente”. Es cierto –matiza el experto- que “Solbes estaba ya curtido y por tanto tenía las bases como para poder enfrentarse a esta recesión” aunque “es cierto también que después de acometer medidas durante un año, ahora el Presidente intenta dar un nuevo impulso y cambiar el ritmo”. Además el cambio “se pedía ya desde algunas instituciones e incluso desde los consumidores finales”.

La nueva ministra se enfrenta ya a una Caja de Pandora abierta, la intervención de la primera entidad bancaria en nuestro país. Para Querol “se ha dicho largo y tendido en los últimos meses que el sistema financiero español es de los más sólidos y eso viene por la provisiones que forzó el Banco de España en tiempos de bonanza”, “no sólo una parte de reservas por si subía la morosidad sino también una anticíclica”. Ahora “esa provisión nos ha permitido aguantar sólidamente la morosidad que ha pasado del 0,70% al 3,80% en todo el sistema, un incremento de más del 300%” y “aún así la banca no requerido un apoyo directo del Estado”. Es cierto que “el Estado ha dado avales para la emisión de bonos financieros y eso ha permitido inyectar liquidez”, así mismo “el BCE ha tomado medidas”. Ahora bien, “la provisión genérica tiene un límite, que sería una morosidad en el 7%, nivel hasta el que el sistema podría aguantar con esa provisión genérica”. Querol también recuerda que “la banca puede vender activos” y “la diversificación” también juega a su favor. “Aquél que ha tenido un crecimiento excesivo en un sector complejo le ha provocado la intervención pero el sistema es sólido y el Estado toma medidas para mantenerlo”. “La inyección en CCM ha permitido que no haya un excesivo pánico por parte de los clientes porque saben si hubiera algún problema, el Estado respalda de manera clara al sistema financiero”. Y “eso es clave, es necesaria una garantía que de confianza en el corto plazo”. Además, si “la situación mejora ligeramente en positivo podemos aguantar”. 

Sobre la mesa está todavía el recorte de tipos de 25 puntos básicos acometido por el BCE, el experto recuerda que la autoridad monetaria europea “sigue unas normas muy estrictas en cuanto a control de la inflación”, es cierto que “ésta sigue retrocediendo de forma significativa y el BCE tiene colchón para bajar tipos”. “El objetivo era tenerlos por debajo del 2% y así están”. El Banco Central “no tiene el pilar de apoyar al crecimiento económico por lo que intentará controlar la inflación e intenta bajar menos los tipos de lo que sería necesario para hacer crecer el crecimiento”. Trichet “se ha guardado un colchón de 25 puntos básicos que bajará en mayo y es posible que el 1% sea el suelo”. El comentario de George Provopoulos, miembro de la entidad en relación a que podrían recortar el dinero por debajo de ese 1% es importante pero el director de análisis matiza que “también ha comentado las medidas cuantitativas que se podrían efectuar”, como “la compra de bonos a largo plazo de los tesoros par frenar la escalda de tipos”. Ahora “se ha abierto una posibilidad de que sigan bajando los tipos” y “lo vemos como absolutamente necesario para apoyar al sistema financiero y a la economía real”. 

En cuanto a la tan temida deflación, Querol explica que “ya estamos en crecimiento negativo en el mes de marzo y con una inflación negativa”, pero si entendemos la deflación como un recorte de precios consecutivos en meses, no creemos que llegaremos ahí”. “Hasta podrían estar los precios por debajo del cero pero a partir de ahí podrían remontar por la estabilización del petróleo y las materias primas”. Si la inflación “es negativa, se provoca porque bajan los precios de todos los artículos y si eso pasa el consumidor ahorrará para comprar en el futuro más barato y ahí se frena el consumo, lo que afecta al PIB y frena el crecimiento de la economía”. Combatir esta situación “no es fácil, pero en EEUU se están tomando las medidas oportunas y eso se contagiará a nivel internacional”. 

 

En el ámbito internacional, sobre la mesa quedan los
ecos de la Reunión del G-20. Damián Querol recuerda que “las expectativas eran muy negativas”. Lo que “ha trascendido es que se ha conseguido más financiación para el FMI” y “una reestructuración de éste en el que los países emergentes tengan más peso”. Pero, “no se ha hablado de de regulación”. Es cierto que “Obama sí ha conseguido lo que quería, una mayor financiación y eso las bolsas lo aplaudieron”, de hecho “los mercados de renta variable han conseguido alzas impulsados por las medidas de primer nivel tomadas por EEUU –compra de bonos, el plan Geithner- pero también por la reunión del G-20 que ha dado muestras de unanimidad y una cierta confianza al sistema financiero internacional”. Para Querol “era necesario, Obama ha hecho un gran papel y ha conseguido unanimidad” lo que ya “en el corto plazo ha sido muy bueno” aunque “será a largo plazo cuando se vea la efectividad de las medidas adoptadas”. 

Echando un vistazo a la renta variable, el experto matiza que “podemos seguir viendo retrocesos y la tendencia al alza no se consolida”. “Los mercados siguen a nivel anual con retrocesos de entre el 8% -el Dow Jones- y el 16% -la bolsa de Milán-“ y es que “el rebote ha venido impulsado porque se van a inyectar más de 300 billones de dólares en la compra de bonos a largo plazo, 1,25 trillones en compra de hipotecas y más de 200 billones en bonos de agencias”. Unas cifras que “si las calculamos en términos de tipos de interés, situarían a éstos en el -7,25%”.
En base a todas estas medidas “es lógico que los mercados tengan un buen comportamiento y es lógico que si estamos atacando al mercado inmobiliario, se compran hipotecas por parte de la Fed, se bajan los tipos y el consumidor puede pagarlas” y también “se ataca al sistema bancario que es el otro foco de la crisis”, lo normal es que se recuperen algo los mercados”. 

Es necesario reforzar al sistema financiero, y “Lo hicieron con el plan Geithner del que se dieron más detalles”. Ya sabemos que “se sacarán los activos tóxicos de los bancos y se creará una sociedad externa financiada la 50% por la FED y al 50% por inversores privados”. Ahora, “queda saber cómo se implementará el plan, pero en el corto plazo se están poniendo las herramientas para frenar el deterioro en los mercados”. “Eso provocó el alza de las bolsas junto con la reunión del G-20” y beneficios en bancos como “Citigroup cuyo valor se ha multiplicado por tres”. Aún así el experto recuerda que “los resultados empresariales son un riesgo que pueden impulsar a la baja a los mercados”. En definitiva, “no ha habido un cambio de tendencia, sí un rebote significativo apoyado por medidas externas al mercado” pero no porque “haya crecido la producción industrial o el consumo”. Es cierto que “algunos datos macroeconómicos nos hacen ser un poco más optimistas, pero en el corto plazo entraríamos en una lateralidad para luego retroceder en los índices”. 

El experto incide en el tema de los activos tóxicos, “el hecho de que los bancos sigan teniendo activos tóxicos que no pueden vender o que se valoran a cero es negativo porque en el interbancario, la confianza y por tanto los préstamos funcionan siempre que los tengan provisionados”. El plan Geithner presenta varios problemas, entre ellos “el precio de los activos, si es el del mercado que es cero no le aporta nada al banco” y si se les pone un precio, “quién calculará ese precio, ¿querrán los bancos desprenderse de esos activos a un precio ínfimo a un precio ínfimo?”.
Mención aparte requiere el contabilizar esos activos, según el FMI podrían ser 4 billones de dólares en todo el mundo. Damián Querol sin embargo apunta a que “sólo en EEUU podría haber más de dos trillones de dólares” y el plan “contempla la financiación máxima de un trillón de dólares”. En definitiva, aún existen riesgos importantes”. Cuidado con “las cuentas de resultados porque creemos que es complicado que los buenos resultados anunciados por ejecutivos de BoA y Citigroup para este primer trimestre sean en base a activos recurrentes”, “será en base a ventas de activos que sólo se realizan son una vez y que en el primer trimestre ayudarán” pero nuestras valoraciones son a largo y medio plazo por lo que no debemos dejarnos llevar por esas perspectivas”. Ahora mismo, desde Banco Gallego y “después de las fuertes subidas somos partidarios de reducir exposición renta variable, ya veremos si tiene un buen comportamiento pero los riesgos siguen ahí”. 

Las cifras son astronómicas y así las cosas, el experto mantiene que es lógico que “por estas cifras el sistema sufriera el riesgo de quiebra, era además muy complejo que saliera adelante sin la ayuda del Estado”. “Es relevante que se apoye al sistema financiero y se dan los pasos en la buena dirección”, ahora habrá que contar con la variable tiempo y saber “cuándo se implementará”. Aunque con incertidumbre, el experto no maneja la posibilidad de romper los mínimos vistos en marzo. “Los analistas han hecho los deberes y han recortado las expectativas de beneficios para las empresas”, “nosotros manejamos una caída de entorno al 20% en los resultados” y hasta ese punto, “todavía no se han recortado las expectativas”, con lo que “hay tensión por el lado de los resultados”. Por el lado positivo, “vemos todas las medidas que se están adoptando y eso junto con la fuerte bajada de tipos a nivel internacional, unido a unas valoraciones que ahora sí empiezan a ser atractivas -con una recesión de calibre no repetido desde la II Guerra Mundial, las valoraciones estaban en los niveles de 1990- parece que nos da una cierta tranquilidad”. Para Querol, “si volvemos a los mínimos de marzo, tenemos soportes importantes como los recortes de tipos, las compras de activos tóxicos y unas valoraciones atractivas en bolsa, que nos hacen pensar que si hasta ahora hemos sido negativos, ahora sin ser positivos si pasaríamos a neutral”.