El vuestro es el ámbito de las ‘ciencias de la vida’ (farmacia, química, biotecnología, cosmética, alimentaria y química verde). ¿Cómo explicaríais al pequeño inversor en qué cosiste el negocio de InKemia?

Una molécula cuando nace no sabe qué es, puede servir como alimento, como cosmética, como farmacia o química. Si bien, detrás la conceptualización es la misma. Nosotros nos movemos en el entorno de las ‘ciencias de la vida’ porque queremos transmitir la idea de que no somos una biotecnológica clásica, que lo que busca es el desarrollo comercial o industrial de un producto concreto, sino que tratamos de ir más allá.

En el proceso de investigación se adquieren toda una serie de capacidades que se pueden explotar de muchas maneras distintas y en muchos campos diferentes. Esa interconexión nos permite desarrollar actividades consultoría, de formación, de I+D para terceros, servicios, y sobre todo apoyo a todo este marco de ‘ciencias de la vida’.

En 2016, alcanzasteis unos ingresos de explotación de 6,96 millones de euros, ¿cómo avanzáis en vuestros objetivos financieros? ¿Qué previsiones tenéis para 2017?

La nuestra es una empresa un poco sui géneris en el desarrollo. Porque estamos compuestos, o hemos invertido en muchas otras compañías, con lo que la consolidación se basa más en si dispones de un 51% o no.

En este caso, las perspectivas son buenas porque, por ejemplo, unas de las firmas que no teníamos consolidadas pasan a hacerlo este año, y las que ya veníamos consolidando, como NewGen Health Company ha sacado su primer producto el mes pasado. Además, nuestra filial de Estados Unidos ha empezado este ejercicio a facturar. Hay una previsión de crecimiento, buenas expectativas, pero el simple hecho de que muchas de nuestras empresas satélite empiezan ahora a consolidar sus procesos de facturación tras años de investigación.

Recientemente, con la patente conseguida en China y Colombia, alcanzabais las 72 patentes en firme, ¿nos podéis adelantar algún hito próximo en este sentido? ¿Qué objetivos tenéis?

Todo el desarrollo de patentes es muy importante para el desarrollo de nuestra compañía. Tenemos 26 familias de patentes, con estas ya concedidas, pero muchas en proceso de concesión en diferentes países.

La política de patentes y de protección industrial se basa en qué tecnología tengo y qué países me interesa tener la disposición.

Éstas en concreto están dentro del tema de los biocombustibles de segunda generación, que es una línea muy estratégica para la compañía y que intentaremos extender a todos los países que creamos convenientes, los grandes evidentemente, pero también todos aquellos que tienen importantes niveles de desarrollo económico basado en los biocombustibles.

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Presentes en España, Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y Colombia, ¿llama vuestra atención otro mercado en particular?

En Brasil y Colombia, tenemos una política de intentar replicar un poco el modelo que tenemos aquí de explotación del conocimiento, que es la base de lo que llamamos nuestro modelo de negocio.

InKemia se tiene que entender como un core business, un corazón que va latiendo, que desarrolla ciencia, y que tiene alrededor toda una serie de empresas satélites que crean sinergias con esa ciencia, que alimentamos a esas compañías desde un punto de vista estratégico científico, también de desarrollo estratégico de firma y comercial, y a la vez nos alimentan ese core business para ir creciendo.

Estamos creando un microcosmos de empresas en el mundo de ‘ciencias de la vida’. Este microcosmos pretendemos engrandecerlo con empresas de los países que sean necesarios.

Así, Brasil y Colombia son parte de este core business; Reino Unido y Estados Unidos son tecnologías desarrolladas propias, concretas, específicas, para esos mercados, son spin offs de tecnologías que nosotros hemos desarrollado.

Habrá muchos otros mercados. De hecho, por ejemplo, una de las tecnologías de la sociedad de Reino Unido, hemos creado una filial en Portugal, quizá para desarrollar la primera planta allí. Por tanto, estamos en un mundo global, veremos la economía desde un punto de vista global. Desarrollamos la empresa en Estados Unidos, porque es el mercado más preparado en química verde, donde las compañías están más concienciadas en este tema y donde es más factible hacer ese desarrollo. Biocombustibles avanzados, por su parte, nos vamos a Reino Unido, porque necesitará de mucho capital, y es el mercado de capital hoy en día en Europa, por lo tanto, tenemos que ver estratégicamente dónde es más conveniente en el mundo desarrollar nuestra estrategia de empresa y de comercialización y de crecimiento.

En cuanto al crecimiento vía compras, ¿tenéis alguna empresa en el radar? ¿Qué buscáis en las posibles adquisiciones?

Seguimos atentos a oportunidades. A ver, compras de empresas satélites seguiremos realizando muchas. Adquisiciones en el core business es mucho más limitado y se estudia, pues es más un concepto de servicio y de generación de conocimiento. Si tiene sentido integrar esas compañías completamente las compraremos en el core business, si no es así, quizá porque es una firma más de producto, será satélite, en la que participaremos con los emprendedores en su desarrollo.

Pero la nuestra es una visión constante, en el entorno tenemos por objetivo entre dos y cinco empresas cada año. En el core business según las oportunidades vayan surgiendo.

El biotecnológico es uno de los sectores al alza y con mejores proyecciones, ¿cómo es su situación en España? ¿Qué deberes hay pendientes?

El sector biotecnológico en España es realmente potente. No nos lo creemos a veces, pero es así. No obstante, el mal es que no hay inversores, sobre todo para fases tempranas. Hay un grave problema, y es que los inversores no lo entienden.

En España, estamos acostumbrados a inversiones en la construcción y no queremos ir más allá, muchos inversores no saben ir más allá por desconocimiento. Pero en otros países, como Reino Unido o nórdicos, ese concepto no es así y se apoya mucho más al sector biotecnológico, también quizá por el apoyo que desde los gobiernos se da, y los incentivos que se da a la inversión en este sector.

Hay una parte positiva también. Y es que sí que están entrando bastantes fondos especializados en biotecnología, lo que ayudará a dar ese salto. Vienen desde otros países porque ven que la oportunidad que existe en España, el potencial.

Recientemente a nosotros nos han concedido un fondo ICO global, para desarrollar un fondo de incubación de 10 millones de euros centrado en biotecnología en esas fases más tempranas, que aquí son las más difíciles de establecer.

Aparte pues hay otros mecanismos que están creciendo, como el crowdfunding, que también ayudará. Por lo tanto, existe el potencial, y es muy fuerte, falta la financiación, y se están desarrollando mecanismos. Si el gobierno apoyará más estos mecanismos sería ya perfecto. Y no es pedir nada extraño, se está haciendo en Francia, en Reino Unido, en los países nórdicos. Y éste, yo creo, que es un sector estratégico para el crecimiento futuro, como puede ser el turismo.

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Como parte del universo de pequeña y mediana capitalización protagonista de este Medcap, ¿cuál crees que son los retos para este tipo de compañías?

Se tiene que desarrollar mucho más el mercado de capitales. El MAB es una gran idea, el problema es dónde están los inversores, cuesta encontrarlos. En el MAB hay 30 empresas, en el AIM inglés, que es su paralelo y de donde nació la idea, hay más de 1.000, porque hay un reconocimiento de la gente, de la sociedad, hacia ese mercado; hay unos incentivos fiscales hacia ese mercado, cosa que aquí no existe.

Y puede ser un mercado realmente potente para todo ese tejido de pequeña y mediana empresa española, para desarrollar todo un crecimiento. Los empresarios nos lo tenemos que creer, nosotros nos lo creemos y confiamos mucho en el MAB como herramienta, pero es que el gobierno se lo tiene que creer y los inversores y la gente también.

Evidentemente, problemas ha habido, pero es que los hay en el MAB, en el Continuo y en laBolsa de Nueva York. Conocemos casos en todo el mundo. La gente tiene que entender que las empresas que vienen por ejemplo al MAB pueden tener problemas, porque son compañías en expansión, no todas irán bien, pero el potencial de rendimiento es muy superior que el de las clásicas.