A diferencia de lo que ocurrió a finales de 2018, 2019 ha sido un ejercicio bueno para casi todos los activos. ¿Qué previsiones tienen para el próximo año?

Este ejercicio 2019 ha sido muy positivo para todos los activos. Estamos a punto de terminar el que ha sido el mejor ejercicio de la última década, no obstante ha sido un ejercicio que no ha estado exento de riesgos geopolíticos.  Sin embargo, destacaríamos la escasa descorrelación que ha habido entre los distintos activos financieros, tanto el año pasado como este, que han ido en la misma dirección e incluso un activo como el oro, que aporta mucha descorrelación, ha tenido fuertes plusvalías, como la renta variable y la renta fija. Destacaríamos también que 2020 es año electoral y normalmente estos años son muy positivos para las bolsas americanas, Trump está alimentando el apetito inversor a golpe de tuit y está presionando a la fED para que continúe aplicando una política monetaria expansiva, de hecho, ya hemos visto este año las tres bajadas de tipos que ha habido. Si las compañías, tanto en EEUU como en Europa, continúan mostrando buenos resultados y la fortaleza del mercado laboral y del consumo, somos moderadamente optimistas con las bolsas de cara a 2020 y en última instancia destacaríamos el hecho de que en Alemania, en caso de que la economía europea comenzara a gripar, siempre les quedaría un último recursos que no es otro que aplicar una política fiscal expansiva que será positiva para las bolsas.

Se habla de que el inversor particular ha sido ajeno a esta subida, ha quedado fuera. ¿Cuál es su opinión?

Puede ser considerado este año el mercado alcista más odiado de la historia. Estamos apunto de empezar el 11º año de bolsas subiendo y la mayoría de inversores se han quedado al margen porque han estado esperando correcciones para entrar. Caídas que no se han dado. Por lo tanto, nunca tantos inversores perdieron tanto. Además, todavía no observamos señales de exuberancia entre los inversores particulares, lo que nos hace ser optimistas de cara a los próximos trimestres.

¿Qué debería hacer el inversor particular para evitar el famoso “market timinig”?

Bajo nuestro punto de vista, la mayoría de inversores retail dedican demasiado tiempo al market timing. Creemos que esto es un error y una política de inversión adecuada consiste en intentar identificar aquellos activos o fondos que aporten valor y permanecer invertidos en ellos de forma recurrente ya  que si se intenta entrar y salir es muy complicado acertar de forma constante. Esto es algo que está al alcance de muy pocos inversores. Tal y como decía, el famoso inversor Peter Lynch más se ha perdido intentando identificar la próxima corrección que en la corrección como tal.

 ¿Qué activos les han funcionado mejor este ejercicio?

La mayoría de activos han tenido un comportamiento excelente durante 2019 salvo uno, el efectivo. El hecho de haber expuesto a efectivo hubiera lastrado el comportamiento de nuestras carteras. Mientras dure la fiesta tenemos que disfrutar de la misma y recordar que los ciclos no mueren por viejos sino porque hay desequilibrios y, salvo contadas excepciones, no estamos creemos que estemos en esa fase de exuberancia irracional.

¿Y cuáles han sido los más demandados?

Bajo nuestro punto de vista hemos visto un flujo de los activos más arriesgados hacia los activos más conservadores, como los fondos de renta fija, fondos de renta fija mixta, que obedece al hecho de que muchos inversores retail se asustaron con las fuertes correcciones vividas en 2008 y esto les ha llevado a intentar invertir en activos más conservadores y con menor volatilidad.

¿Dónde se están fijando de cara a 2020?¿Qué activo debería estar sí o sí en las carteras en un momento como el actual?

  Somos moderadamente optimistas y esto se debe al earning yield gap, que no es otra cosa que el diferencial que existe entre la rentabilidad por dividendo (en Europa está en torno al 4% frente al 0% o negativo que pagan los bonos) y el activo libre de riesgos. Esto nos hace apostar por la renta variable frente a la renta fija. Más concretamente estamos infraponedrados en deuda soberana europea, los niveles actuales son irracionales. Por ejemplo, el bono griego está pagando una yield inferior al bono estadounidense y creemos que esto no es racional.

 En la curva del Treasury, dada la estructura de la curva, preferimos apostar por los bonos más a corto plazo sobre todo teniendo en cuenta que nuestra visión es ver cierta positivación de la curva. Además, en cuanto a los bonos corporativos, tenemos preferencia por los bonos high yield, bonos híbridos – deuda financiera subordinada – pero siendo selectivos a la hora de elegirlos. Por último, referencia al oro que es un activo descorrelacionador que ha tenido un buen comportamiento este año. Creemos que puede ser interesante por fundamentales incorporarlo a cartera dado que los tipos de interés reales, tanto en Europa que están en negativo como en Estados Unidos que están en cero, favorecen la inversión en oro. No obstante, preferimos esperar a un mejor punto de entrada que podremos ver durante el año que viene.