Al riesgo inherente al mercado en su totalidad se le denomina riesgo sistémico. Es un riesgo derivado de variables como variaciones en los tipos de interés, recesiones o guerras. Es un riesgo del que no puede salvarnos la diversificación. Por oposición, el riesgo específico de una compañía o un sector industrial, inherente a cualquier inversión, es conocido como riesgo no sistémico y puede ser reducido aplicando una adecuada política de diversificación.

En estos momentos disfrutamos de elevados niveles de ambos tipos de riesgo.

Si la aversión al riesgo del inversor español ha sido tradicionalmente notoria, los sucesos vividos durante la crisis han acentuado aún más esta tendencia.

Un análisis del universo de 2.985 fondos de inversión nacionales nos revela el impacto que esta tendencia está teniendo en el perfil de riesgo de los inversores.
Del total de fondos, sólo un 13 por ciento tiene un perfil de riesgo alto o muy alto, según datos de VDOS. De estos 380 fondos, sólo un 16 por ciento tienen un patrimonio superior a 3 millones de euros, que es el patrimonio mínimo legalmente autorizado. Si ampliamos el universo a aquellos con un patrimonio superior a 4 millones, el número de fondos aumenta hasta 123, un 32 por ciento sobre el conjunto de fondos con perfil de alto riesgo.
Comparando con el número de fondos que sobre el universo completo de fondos españoles tienen patrimonio inferior a 3 millones (13%) y a 4 millones (19%) se observa que el porcentaje es acusadamente más elevado en el caso de fondos con alto riesgo.

En el otro extremo, los de patrimonio más elevado, del total de fondos sólo 380 (13%) tienen un patrimonio superior a 100 millones de euros, el patrimonio mínimo que se estima necesario para aprovechar las ventajas de economía de escala que la inversión colectiva ofrece. De ellos solo 16 corresponden a un perfil de riesgo alto o muy alto.

La tendencia hacia productos más seguros, tanto por la complejidad de sus estrategias como de los activos incluidos en sus carteras, comienza a hacerse patente. Si en lo que llevamos de año se han fusionado 103 fondos (excluyendo garantizados), en el mismo periodo del año anterior el número de fusiones fue de 66; un incremento cercano al 40 por ciento, siendo el ejemplo más notable la categoría de Renta Variable, que de 8 fondos fusionados el año anterior, pasa a 26 en 2008.

Además de productos más seguros, los nuevos fondos que surjan de la actual situación de deflación deberán estar muy bien diversificados y el sector deberá contar con asesores profesionales que no solamente conozcan muy bien los productos que tengan en su cartera, sino que deberán poseer una fuerte vocación de servicio al inversor. Los tecnicismos e inexactitudes no van a ser aceptables para un inversor suspicaz que exigirá una clara comprensión de los términos en los que contrata un determinado fondo de inversión. El apoyo de herramientas informativas y analíticas que muestren la información con claridad puede ser de gran ayuda en esta tarea. Pero también será necesario establecer una relación más cercana con el inversor, escucharle, conocer sus necesidades y orientarle hacia una política inversora más adecuada a su perfil o circunstancias personales.

El proyecto de circular de la CNMV con un nuevo sistema de categorías, reconociendo a los ETF como uno de los tipos de IICs, es uno de los pasos que el regulador está dando para fomentar una mayor sencillez y claridad.
La autorización de compartimentos y clases, previsto para el inicio de 2009, ayudará en la creación de gamas de productos, sin necesidad de crear productos diferentes dependiendo del tipo de inversor (institucional o individual) al que se desea atraer.

Desde Inverco se está trabajando en una propuesta para el fomento del ahorro a medio y largo plazo que su presidente, Mariano Rabadán, dice debería primarse fiscalmente. Ya existen ejemplos en algunos países europeos (Bélgica, Grecia, Holanda, Hungría y Suecia) en los que las plusvalías están exentas de tributación, siempre que el periodo durante el que se ha mantenido la inversión sea superior a seis meses.

Es de esperar que estas y otras medidas adaptativas tengan el éxito esperado y dentro de un año podamos estar razonablemente satisfechos con nuestra inversión en fondos.




Paula Mercado

Directora de Análisis
VDOS Stochastics