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La intención, o la elección de los ingredientes

Para elaborar un gran plato, es preciso que se den tres condiciones: una buena receta, unos buenos ingredientes y un buen equipo en cocina. Lo mismo ocurre con la inversión de impacto. La receta, que es la intención inicial del gestor, debe ser lo más clara posible y estar al servicio del impacto de sus inversiones. 

Después, es preciso escoger con mimo la metodología y movilizar todos los medios necesarios para llevar a buen puerto este exigente enfoque de inversión. Por último, es esencial instaurar un marco rector de calidad alrededor del producto con un equipo de gestión, por un lado, comprometido; y expertos externos que actúen como contrapoder, por otro. Como en los fogones, se puede añadir una pizca de originalidad que marcará la diferencia y la singularidad del producto final, como por ejemplo destinar una parte de las comisiones de gestión a proyectos con impacto positivo.

La adicionalidad, o la calidad de la elaboración

Contar con una receta infalible, buenos ingredientes y un equipo que disfruta con su trabajo está bien, pero no basta. Para que el plato desprenda magia, a menudo el chef se arma de paciencia durante la elaboración y cocina a fuego lento los ingredientes para que den su mejor sabor. Atento siempre a los detalles, el chef a menudo debe saber alejarse también de las convenciones. Estos grandes principios pueden trasladarse a la inversión de impacto. 

En el plano temporal, consideramos que deben dejarse como mínimo tres años para que las empresas en las que invertimos puedan poner en marcha su estrategia y materializar su impacto, exprimiendo así todo su potencial. Durante este periodo, es esencial que las empresas reciban el apoyo del gestor en su camino hacia un impacto positivo, cada vez mayor. 

Por último, se llevará a cabo una reflexión para decidir a qué empresas se apoya con el fin de sostener a aquellas que no son necesariamente el centro de atención y que merecen —tal vez más que las demás— recibir apoyo en su transición, tal y como un jefe de cocina apoyaría a los pequeños productores locales o a aquellos que estén realizando una transición hacia la producción ecológica. Estos diferentes aspectos constituyen lo que podríamos denominar «los aditivos», que son todos esos aspectos esenciales que rodean a un buen enfoque de inversión de impacto.

La medición, o el momento de la degustación

Una vez terminada la elaboración, llega el momento crucial de degustar y recabar las impresiones de los críticos gastronómicos. ¿Se puede apreciar la química de estos elementos en el sabor? ¿El resultado está en sintonía con los medios, la pasión y la energía que se han desplegado? En la inversión de impacto, lo anterior se refleja en el ejercicio de medición del impacto. La transparencia ofrecida debe poder garantizar a los clientes que el impacto generado por el fondo y las empresas de la cartera está en consonancia con lo que prometía el producto. Del mismo modo que la propina sirve para recompensar una comida excelente, una parte de la remuneración variable del gestor podrá estar indexada a la consecución de este objetivo de impacto.

Como cualquier buen chef que se precie, nos esforzamos por mejorar nuestra receta año tras año con vistas a conseguir una repercusión medioambiental y social cada vez mayor en nuestro fondo de impacto: Echiquier Positive Impact Europe.

Si ha disfrutado con este aperitivo, podrá descubrir próximamente la filosofía de la inversión de impacto de La Financière de l’Echiquier y cómo se lleva a la práctica en el tercer informe anual de impacto de Echiquier Positive Impact Europe.