No podía ser de otra manera; el espíritu navideño contagia a las bolsas de todo el mundo cada año y lo suele hacer con la llegada del llamado “rally de final de año”.  La literatura sobre los orígenes y las fechas de inicio y final de esta fase alcista de las bolsas es amplia aunque de manera popular se entiende que comienza un poco antes de diciembre, justo tras la celebración del día de Acción de Gracias y termina poco después de iniciarse el siguiente ejercicio. Sobre las razones, como en cualquier debate, hay polémica.

Lo que es cierto es que la estadística señala que diciembre es el segundo mes más alcista del año en casi todos los mercados. En Estados Unidos, que es desde donde parten los estudios más concienzudos al respecto se ha demostrado que el Dow Jones registra subidas del 1,6% en estos 31 últimos días de cada año. El índice, además, ha sido alcista en un 70% de las ocasiones durante medio siglo.

Más allá de la magia que inunda el momento, lo cierto es que hay razones que podrían explicar la buena evolución de los mercados en esos días. Uno de ellos, mucho más mundano, son los movimientos que llevan a cabo los gestores para intentar cerrar el año con los resultados más lustrosos posibles.

Lo que se preguntan ahora los inversores es si este año la magia volverá a inundar las carteras de los inversores. La respuesta no parece fácil, sobre todo porque las próximas semanas van a estar trufadas de eventos que podrían ser traumáticos y alterar la evolución de unas bolsas que, además, se han disparado tras la victoria de Donald Trump en Estados Unidos. Ni tan siquiera parece haber pasado factura el NO del referéndum italiano.

No hay que olvidar tampoco que al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, las elecciones no han aclarado el camino.  Antonio Muñoz, director general de Trea AM, señala que si el próximo presidente de EE.UU. “escoge a un secretario del tesoro pro mercado, la bolsa americana podría seguir subiendo”

Habrá que tener muy en cuenta qué pueden hacer las bolsas después de la decisión de la FED de subir los tipos. Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities apunta que ese movimiento “puede servir de excusa a las bolsas estadounidenses, actualmente en máximos históricos, para realizar beneficios. Si corrige la bolsa estadounidense es muy difícil que no lo hagan las europeas”, explica el experto.

Con todos estas incertidumbres y la subida que se ha producido en las bolsas tras las elecciones americanas, lo que se ha denominado en medios anglosajones el “Trump rally”, lo cierto es que los expertos consideran que a los mercados no les queda mucho desarrollo, sobre todo a los desarrollados.

Mark Burgess, jefe de renta fija de Columbia Threadneedle, apunta que “muchos de los mercados están en precio y su dirección es tan dependiendo de la política que pueden ir en cualquier dirección. Como resultado de la incertidumbre esperamos un aumento de la volatilidad. La volatilidad genera oportunidades para los inversores de largo plazo. Nosotros estamos observando en compañías de alta calidad y mercados emergentes”.
 
Los analistas técnicos intentan acotar los niveles en los que se podrían mover los índices en las próximas semanas, aunque tampoco parece una tarea fácil para ellos.
 
Eduardo Faus, analista de Renta 4 explica que “por su carácter difereciador el S&P500 puede aguantar por estos niveles o por encima de 2.200 puntos. Pero el IBEX y el DAX dependerán de lo que ocurra el 8 diciembre cuando se reúna el BCE y a qué niveles llegan en una corrección y si esa correccion tiene sintomas de rebote”.

Las dificultades en Europa para decidir si habrá un rally en este último suspiro del año, según Luis Lorenzo, analista de DIF Broker, se producen porque llevamos ya siete meses cotizando en rango y la situación no tiene visos de cambiar.

Los indicadores señalan que el Ibex 35 está en plena fase alcista, tal y como se puede ver en el siguiente gráfico

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