Morgan Stanley ha identificado 39 acciones que generan al menos la mitad de su beneficio “de proveer soluciones contra el cambio climático”, algo que  se dice que puede marcar la diferencia al tenerlo como centro de la inversión. “En nuestro punto de vista, el impacto en la inversión necesita empezar con compañías cuyos productos y servicios tienen un impacto social positivo en el entorno”, escribe Jessica Alsford, estratega de renta variable  del banco de inversion.

No sorprende, por tanto, que compañías de energía alternativa aparezcan en lo más alto de la lista en términos del impacto contra el cambio climático. Cinco compañías que son fabricantes de energía tanto eólica como solar: Canadian Solar, China High Speed Transmision, GCL- Poly, Daqo New Energy y Jinko Solar.

¿No hay nada entre las grandes compañías? Los fabricantes de coches eléctricos, incluída Tesla,  la compañía de Elon Musk que ha sido una de las favoritas durante años, ha eclipsado a Ford Motor y General Motors en capitalización de mercado.  Las acciones de Tesla suben cerca de un 66% en el año, pero lo bien que lo ha hecho para las carteras no se traslada en algo bueno para el planeta.  Morgan Stanley ha dicho que esta ha sido una de las grandes sorpresas de su estudio.

Evolución de Tesla frente a Canadian Solar. Fuente: Reuters

 

El banco agrupa las “acciones contra el cambio climático” en cuatro categorías:  utilities, fabricantes de renovables, compañías de infraestructuras verdes y acciones de transporte.  Luego las analizan en base a un número de métricas, incluyendo las emisiones de CO2 de los productos y servicios vendidos por las compañías así como factores secundarios y terciarios centrados en el impacto medioambiental de hacer estos productos.

Es aquí donde Tesla, junto a la tecnológica china, Guoxuan fallan. “Mientras la fábrica de  vehículos eléctricos y las baterías de litio de estas dos compañías ayudan a reducir las emisiones directas de CO2 de los vehículos,  se necesita electricidad para cargarlos”. Morgan Stanley escribe y con sus mercados primarios ponderados en gran parte hacia la energía de combustible fósil (72% en EEUU y 75% en China) las emisiones de CO2 de esta generación de electricidad siguen siendo  materiales”. En otras palabras, las emisiones de carbón generadas por la electridad requerida por los vehículos eléctricos son más grandes que la ahorrada mediante las emisiones directas de estos vehículos.

Morgan Stanley calcula que una inversión de 1 millones de dólares en Candian Solar resulta en casi 15.300 toneladas métricas de dióxido de carbono que se ahorran cada año.  Para Tesla, esta inversión suma casi un tercio de la tonelada métrica de CO2.

 El banco de inversión, que en febrero abogaba por mirar la diversidad de género a la hora de analizar compañías, admite que considerar compañías sobre una base del cambio climático no es una ciencia exacta. “Hay muy pocas acciones con un impacto al 100% positivo”.

La inversión con un ojo en la naturaleza es una parte de la inversión socialmente responsable, que evalúa las compañías en base al compromiso social, corporativo y  medioambiental.  Esta inversión favorece compañías que tienen fuertes políticas medioambientales o que tratan bien a sus empleados, por ejemplo.

Hay muchos fondos que tiene un foco principal hacia temas de cambio climático, como el iShares MSCI ACWI Low Carbon Target ETF o el SPDR MSCI ACWI Low Carbon Target ETF. Ambos ETF han batido al comportamiento del S&P500 este año mientras que el ETF referenciado al sector energético , que recientemente ha entrado en territorio bajista, ha caído un 20% desde sus máximos.

Comparativa del iShares MSCI ACWI Low Carbon Target vs el ETF Energía (XLE) 

 

La inversión en fondos de bajo carbón se ha incrementado en los últimos años, algo que algunos analistas explican por la elección de Donald Trump, cuya administración es hostil con las políticas a favor del planeta.

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