Si hace diez años hubiera invertido 1.000 euros tanto en Sacyr como en Banco Popular, hoy habrías retornado 28 euros de Banco Popular y 64 euros de Sacyr. Desde ese año no sólo habría sufrido la crisis inmobiliaria sino que además llevaría a la espalda la crisis de deuda y posterior recapitalización de la banca. Pero esta situación está en un comienzo de cambio. O eso parece.

 

 

Esta semana varios medios se han hecho eco de que el nuevo CEO de Popular, Emilio Saracho, estaría en conversaciones con Santander o BBVA para una fusión si el precio de la entidad llega a 1,2 euros. Para eso, tendría que subir un 42% desde los precios en los que cotiza actualmente. Algo que para Pablo García, de Carax Alphavalue no sucederá antes del verano. “Nuestra valoración ronda los 0,78 euros por acción”.  Aunque ambas entidades han reiterado su firme apuesta por el crecimiento orgánico y estar dispuestos a ganar cuota de mercado en España con compras, los expertos creen que la compra de un Popular “limpio de polvo y paja” sería una buena opción. Especialmente por la aportación en el negocio de pymes.  (Ver: BBVA podría ser un gran candidato a comprar Popular)

La entidad está empañada por el proceso de reestructuración que necesita para mejorar su balance. Actualmente la entidad estaría revisando hasta 40.000 activos, lo que determinará las necesidades de provisión y capital adicional así como la estrategia que confía tener cerrada antes del verano.  Y ahora, la cifra. Los expertos creen que serían necesarios entre 4.000 – 5.000 millones de euros para sanear la entidad y mantener un nivel de capital holgado.

En solo cuatro sesiones la compañía ha subido un 26% aunque todavía se deja más de un 15% en lo que llevamos de 2017. Los expertos lanzan la señal de alerta a los inversores minoristas pues “seguimos sin conocer oficialmente cuál es el plan a seguir y todos los barajados hasta ahora son posibles: Integración o fusión con otra entidad, ampliación de capital o vender todo lo que se pueda, quedándose con el negocio “core”. Hay que dar plazo, desde luego, porque la situación no es fácil. Pero el tiempo pasa y ya es un problema de credibilidad en el mercado”, según Antonio Castelo, especialista en mercados de iBroker.

Los indicadores técnicos del valor le da una de las puntuaciones más  bajas del selectivo español. En tendencia bajista, la entidad tiene todos los filtros en rojo que muestran el deterioro de la acción.

 

 

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Pero ¿qué pasa con Sacyr? En los últimos días ha tenido la mayor subida del año al revalorizarse más de un 10% en una sola sesión. (Ver: Sacyr deja atrás las sombras y desarrolla la remontada imparable en bolsa). El motivo hay que buscarlo en las cifras que anunció la compañía en la que mostraba una clara mejora de sus balances. El Ebitda creció por encima del doble dígito, tanto en construcción como concesiones y servicios. A pesar del descenso del beneficio neto, los ingresos subieron. Pero lo más importante cuando se habla de Sacyr es mirar su deuda, motivo de venta para muchos inversores durante años anteriores.

A cierre de marzo, la deuda financiera neta de la compañía se colocaba en 3.015 millones de euros, importe que tiene descontado el pasivo en Repol, liquidado en el mes de abril. Esto supone un recorte de la deuda del 19% desde finales de 2016.

Desde un punto de vista técnico, la compañía suma un 11,26%en lo que llevamos de ejercicio y presenta una tendencia alcista que se puede aprovechar, dice Miguel Ángel Cicuéndez, para acumular posiciones una vez haya superado el nivel de los 2,50 euros (ayer cerró en 2,47 euros).

Los indicadores técnicos del valor están en aprobado con una tendencia de largo plazo que es alcista, las medias cruzadas al alza y con un volumen que apoya en el tramo más largo.

 

 

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