A los mercados ahora les pesa la incertidumbre de las elecciones de Francia que serán el próximo mes de abril. ¿Cree que hasta que no pasen esos comicios vamos a ver volatilidad e inestabilidad en los mercados?

Una volatilidad creciente. Lo que tenemos es que por un lado en Wall Street ya llevamos varios días acumulando ciertas dudas con Donald Trump que claramente ponen por encima todo el tema del proteccionismo, el nacionalismo y las fricciones con otros líderes mundiales frente a lo que los mercados habían descontado que es una fuerte rebaja fiscal y un plan de inversiones muy ambicioso. Prácticamente no se ha hablado de eso, sino que prácticamente día tras día tenemos algún tipo de conflicto generado por Donald Trump. Eso no está gustando, pero no está pasando gran factura. La posible factura que está pasando es no apoyar más subidas en Wall Street del que luego hablaremos. En Europa tenemos que empiezan a aparecer dudas relacionadas con el riesgo país. Estamos viendo una clara subida de las primas de riesgo, una deuda periférica. El euro hemos visto como ha empezado a depreciarse de alguna manera por ese riesgo-país, y es un problema que empezamos a tener encima de la mesa. Tampoco nos está llevando a correcciones significativas, pero sí que empieza a estar ahí. A mí me parece muy significativo lo que sucedió en la tarde del miércoles cuando más o menos tras la apertura del mercado americano sí tuvimos un momento de pánico, una fortísima caída de las bolsas europeas de más del 1% en una hora, achacándolo precisamente a las elecciones en Francia, a toda la incertidumbre que hay. El hecho de que al candidato republicano, Fillon, le han salpicado escándalos de corrupción, a Macron tiene acusaciones desde Rusia que también parece que le pueden perjudicar en un momento dado. Fue muy penalizada con los bancos. Hay que estar atentos al sector bancario que seguramente sea uno de los sectores llamados a canalizar todos los posibles pánicos que aparezcan en los próximos meses relacionados con esa incertidumbre política que empezamos a tener en Europa.

¿Cómo ve a los índices en Estados Unidos en estos momentos?

Hemos dejado de subir pero estamos muy cerca de los máximos históricos. Está por encima de los 20.000 puntos. Todo lo que sea estar por encima de esos niveles tampoco es en absoluto una muestra de debilidad. Creo que en Wall Street incluso seguimos teniendo posibilidades técnicas alcistas. Lo que tenemos ahora es un pull back emergente. Superamos hace un par de semanas los 20.000 puntos en el Dow Jones, nos fuimos a 20.140 puntos, ahí nos paramos, retrocedimos y nos fuimos a la zona de 19.800, y sobre esa zona cogimos impulso el viernes pasado y hemos vuelto a superar los 20.000 puntos. Si conseguimos una superación de esos máximos de 20.140 puntos en cierre semanal el pull back sería de libro. En este caso el espacio técnico alcista sería muy claro. Wall Street está francamente parado esta semana pero muy cerca de resistencias. Estamos en la frontera de una consolidación y un nuevo impulso alcista. Mientras, en Europa, vemos un paso por detrás del mercado estadounidense en estos momentos.

Hablando del sector bancario, tras presentar cuentas muchos bancos han sorprendido en España. ¿Cómo ve al sector bancario en España?

En general hemos tenido unos resultados que han gustado. Ha habido otros bancos europeos donde esto no se ha visto de tal manera. Hoy por ejemplo ha presentado Commerzbank que en un principio el mercado ha aplaudido y luego ha corregido. Los de Deutsche Bank fuern muy malos. En general el sector bancario es el que se está moviendo con más volatilidad en los dos últimos meses. Una volatilidad positiva en las subidas y negativa en las caídas. Hace dos semanas había muchas preguntas en el aire sobre si era el momento de apostar por bancos, si habíamos tocado suelo, si nos íbamos a ir para arriba, si había que tener bancos en cartera etc. Ahora es verdad que los últimos días ha retrocedido. Va a ser protagonista tanto en las subidas como en las caídas. Se va a seguir moviendo con volatiliad. Con todas las dudas políticas en Europa no es un buen momento para apostar por bancos. Creo que las subidas de las primas de riesgo les puede afectar negativamente como de hecho ya está sucediendo. Ahora mismo no me parece el momento de apostar por bancos. Si hubiese una eventual caída posiblemente el sector que pilotase la recuperación o el rebote sería el bancario. Es un sector en el que podríamos estar en momentos concretos, pero sigo sin verlo para apostar por él de manera decidida y mantener bancos en cartera.

Hay un sector que está recibiendo cada vez más recomendaciones en España que es el constructor y el inmobiliario. ¿Ve interés en el escenario en el que nos encontramos en este tipo de compañías ligadas al ladrillo?

Sí, es un interés que no es nuevo. El año pasado si vemos lo que sucedió en empresas como Quabit, como Urbas o como Colonial, tuvieron un año explosivamente alcista. Creo que ahí tocamos suelo un par de años y ahora mismo caímos tanto durante la crisis que tenemos un cierto margen de subidas. Es verdad que normalmente son compañías muy volátiles, de gran riesgo, donde desde mi punto de vista habría que estar con posiciones muy pequeñas de una cartera, pero sí que creo que es un sector que puede ser interesante para formar una cartera más equilibrada y más holgada con cierta exposición a ese sector.

Por último, quería preguntarle por el euro-dólar que parece estabilizarse sobre el 1,06 y 1,07. ¿Cree que con la llegada de Trump y sus intenciones su recorrido bajista no debería ir mucho más allá?

Creo que vamos a ver la paridad en el euro-dólar, pero como hemos dicho en alguna otra ocasión no va a llegar tan rápido como muchos vaticinaban. Hay que recordar que el tres de enero el euro-dólar estaba en 1,0350, muy cerca de la paridad. Había muchos analistas que pensaban que la paridad era inminente. Lo que tuvimos después fue un movimiento de debilidad del dólar, que empezó a dudar de si todo el escenario que había descontado era realmente realista y eso lo acompañamos también con esta última debilidad del euro, fruto de motivos políticos, lo cual nos hace más o menos estabilizarnos en 1,06 o 1,07. Para mí todo lo que sea el euro-dólar por encima de 1,08 es oportunidad para vender el par.