El director global de inversiones de UBS AM, Barry Gill, ha indicado que la gestión activa "tendrá que moverse" más allá de los retornos para justificar sus comisiones de gestión, en un contexto de transición hacia un modelo más sostenible.

Así lo ha explicado este miércoles en un evento en el que ha puesto de relieve que hay una diferencia "muy grande" entre el tipo de 'engagement' que se hace hoy en día y el que se requiere para un cambio importante.

El director de inversiones de la firma ha añadido que la Unión Europea (UE) tiene una visión establecida en lo que se refiere a las empresas "verdes" y a las "marrones", que son aquellas más contaminantes.

"Vamos a tener que trabajar con ellas en los próximos diez o 15 años para que sean capaces de hacer la transición", ha destacado, y ha puesto de relieve que la cuestión es cómo hacerlo de una forma que sea constructiva.

Gill ha resaltado el entorno de alta inflación, con unas cifras que no se alcanzaban en Europa y Estados Unidos desde hace décadas y en el que las perspectivas de los clientes van a ser las mismas o más altas, mientras que la capacidad del gestor para obtener esos mismos resultados va a ser "limitada".

Para Gill, hay seis factores inflacionarios clave: demografía, ideas políticas, políticas monetarias, políticas fiscales, disrupciones en las cadenas de suministro y geopolítica.

Este último factor ha sido incluido a principios de año, acompañado de una subida en los precios de las materias primas. Gill ha incidido en que estos activos funcionan "muy mal" como refugio de valor, pero que es probable que se mantengan en cierto nivel durante un periodo de tiempo.

La tecnología, que ha sido un factor deflacionario importante en los últimos 20 años, en su opinión no va a tener tanta fuerza en este sentido en las próximas dos décadas.

Sobre la demografía, Gill ha señalado que no es una temática a la que los inversores y economistas dediquen mucho tiempo, pero que tiene una gran importancia ya que cada vez hay más personas que no trabajar dependiendo de menos personas que sí trabajan, lo que lo hace un factor inflacionario.

Los 'millenials' son ahora el votante medio, y según los datos de la firma, estos jóvenes tienen una mayor tendencia a votar partidos de izquierda. Para Gill, esto significa que lo que quieren principalmente es protección por parte del Estado, lo que también favorece la subida de los precios.

A esto se une la política fiscal. Después de años en los que la austeridad ha sido el dogma, la pandemia por la Covid-19 ha cambiado esa mentalidad y ahora la dinámica es diferente: "El Gobierno es ahora una fuerza positiva, no negativa, y eso va a tener importancia de aquí en adelante", ha añadido.

En ese sentido, el director de inversiones ha llamado la atención

sobre la necesidad de que el sector público invierta en la transición verde, ya que las cantidades que se necesitan son tan elevadas que el sector privado no puede hacerlo solo.