La mejora de los términos de intercambio (precios de exportación) impulsará la demanda interna. Sin embargo, dado que el aumento de las exportaciones se debió a un incremento de los precios en lugar de los volúmenes, es poco probable que se traduzca en un mayor crecimiento real del PIB del cuarto trimestre. Consideramos que la contracción del PIB del tercer trimestre de 2016 es temporal y esperamos ver una recuperación del sector inmobiliario y la oferta de gas natural líquido (GNL). Por su parte la mejora de los beneficios de las pequeñas empresas y las ventas minoristas, impulsarán el PIB del cuarto trimestre de 2016. 

Gráfico 1


El principal efecto del aumento de los precios del combustible, es un mayor IPC –actualmente en 1.3%-hacia el objetivo del Banco de la Reserva de Australia (RBA) de 2-3% para el primer trimestre de 2017. Además, el replanteo del panorama inflacionario de EEUU a causa de la victoria de Trump y sus consecuentes  políticas pro-crecimiento, han elevado las expectativas de inflación a nivel mundial.  

Gráfico 2


Esto debería aliviar algunos de los riesgos a la baja planteados por las anteriores expectativas de inflación más bajas y generar una recuperación de los salarios. Esto último ya comienza a constarse en el crecimiento de los salarios reales a partir de la segunda mitad de 2015. La deuda total de los hogares supera en una media excesiva del 186% a los niveles de ingresos y se ubica en su nivel más alto desde 1977.
Por esta razón, un repunte de los salarios es el clave para sustentar el consumo, ya que representa el 56% de la actividad económica.

La estabilidad de China es clave para el comercio
La economía china se aceleró durante el año 2016 debido al aumento del gasto en infraestructura ya con un mercado inmobiliario floreciente. Australia es un reflejo evidente de la solidez de la economía china debido a que ésta representa el 30% de sus exportaciones, apreciándose sobre la fuerte demanda y los precios mayoristas de las materias primas industriales. Sin embargo, la presidencia de Donald Trump plantea la posibilidad de que haya una mayor tensión comercial entre Estados Unidos y China, lo que amenaza las perspectivas de las exportaciones australianas. En el lado positivo, la demanda de servicios de turismo y educación en Australia podría obtener un impulso, como una alternativa a los EE.UU si estas fricciones se materializan.

Requilibrando la economía
Hay indicios de que otros sectores de la economía comienzan a tener una mejor evolución que el sector de los recursos. Esperamos que los beneficios de las condiciones monetarias acomodaticias y el dólar australiano más débil mejoren la competitividad de las exportaciones no relacionadas a los recursos como por ejemplo el turismo, la educación y los servicios.  

Gráfico 3

 
El modelo de la Fed como indicador contra-tendencia
La combinación de una perspectiva macroeconómica mejorada gracias a los precios más altos de los materiales y el replanteo de las expectativas inflacionarias a nivel global, han generado una beneficios estimados mayores en las empresas australianas para 2017, lo que representa una recuperación del estancamiento de los últimos dos años. Sin embargo, una mirada cuidadosa a las valoraciones sugiere que las acciones australianas no son baratas. La relación precio-beneficio ajustada cíclicamente  (CAPE)  para el índice MSCI Australia de 18.3 veces, ubicándose sobre la mediana de largo plazo del índice en 18 veces. El gráfico siguiente muestra el modelo de la Fed (basado en la relación entre el rendimiento futuro de las acciones y los rendimientos de los bonos del gobierno a 10 años) como un indicador contra-tendencia para las acciones australianas. A medida que la relación tiende a disminuir (sugiriendo un mejor desempeño de los bonos sobre las acciones), las acciones australianas tienden a valorizarse más. En la actualidad, la relación en 1.36 ha ido disminuyendo progresivamente y está volviendo a su mediana a largo plazo de 1.31, lo que significa un incremento del valor de los títulos australianos.  

Gráfico 4


Momentum generado por el incremento de los rendimientos
Los rendimientos de los dividendos han sido el principal motor de los retornos a corto y medio plazo del mercado accionario australiano. Los dividendos de las empresas australianas son altos por los estándares internacionales, ubicándose en una media del 5.6%. Los inversores nacionales y los fondos de pensiones dependen en gran medida de los mercados de renta variable australianos como fuente de ingresos, ya que se benefician de los dividendos franqueados, un acuerdo en Australia que elimina la doble tributación de los dividendos.

Más importante aún, los datos de la Oficina Australiana de Estadísticas (ABS) revelan que el porcentaje de la población que está en jubilación, es decir, mayor de 65 años, creció un 37% desde 2006. La ABS ha proyectado que este segmento aumentará un 21% en 2023. Dado que este cambio demográfico estructural hace al perfil de los inversores australianos, esperamos que la demanda de acciones de alto rendimiento persista a medida que los inversores envejecidos buscan generar ingresos más estables.

El pago de dividendos es sustentable
En 2016, el ratio de dividendos (que mide la proporción de los beneficios pagados a los inversores como dividendos) alcanzó su nivel más alto en más de una década (190%), lo que implica que las compañías australianas estaban pagando más de lo que ganaban. Esto generó preocupación sobre la sustentabilidad de los pagos de dividendos en curso. Sin embargo, hemos descubierto que una minoría de compañías en los sectores de energía y minería registró una relación más alta. Al eliminar su contribución a la relación global, obtuvimos un valor más realista del 78%, el cual no tuvo un impacto material en la rentabilidad del dividendo del índice.

Además, al analizar la combinación de dividendos pagados y recompras de acciones como porcentaje del flujo de caja libre, observamos que las recompras eran una pequeña porción del monto total, haciendo que los pagos de dividendos no fueran tan excesivos. 

Gráfico 5


De hecho, el aumento de la tasa de distribución de dividendos fue el resultado de la reducción de la rentabilidad de las empresas mineras y energéticas en comparación con un aumento en los pagos de dividendos. Esto ha ayudado a restablecer nuestra visión de que la durabilidad de los pagos de dividendos futuros permanece intacta.