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El autoempleo no es solo montar una tienda de galletas o ser diseñador gráfico, cada vez son más las personas que deciden crear una SL y dedicarse a ofrecer el mismo servicio o similar que estaban ofreciendo en su trabajo anterior. Es un riesgo gestionable, que permite salir de la zona de confort con más tablas.

Actualmente las asesorías de inversión son una apuesta asegurada y el refugio de muchas personas que trabajaban en bancos tradicionales y que, debido a las últimas operaciones, se han visto obligadas a tomar otros caminos.

La banca tradicional está cambiando, en parte por la llegada de las nuevas tecnologías.El mundo entero está transformándose y con él, como no podía ser de otra manera, también la forma de invertir, de relacionarse con el mundo de las finanzas y buscar asesoramiento.

La difícil aventura de emprender: aspectos a tener en cuenta y pasos

Tomar la decisión de emprender y montar una marca propia no es tarea fácil. Hay que sopesar distintos aspectos, tanto de la vida profesional como personal.

De la primera, lo más importante es saber si se cuenta con la capacidad, el conocimiento, los contactos adecuados y el equipo y las ganas. Esto último no es baladí ya que un gran porcentaje del éxito en los resultados estará relacionado directamente con la energía, la constancia y, en resumidas palabras, la actitud.

Los aspectos que se sopesan por el lado de la vida personal están muy relacionados con eso que hablábamos de las ganas. Emprender requiere un compromiso y una responsabilidad tan grande que, en determinados periodos, pueden invadir con creces la vida personal y familiar.

Una vez reflexionado sobre ello, el resto viene más fácil, o no, ya que está envuelto en una maraña de burocracia, de búsqueda de información y de instrucciones confusas para saber qué hacer cuando se quiere montar una S. L.

En este sentido es importante contar con un asesoramiento correcto que agilice los trámites para que se pueda crear la sociedad en el menor número de pasos. A modo de orientación, generalmente, los pasos a seguir son los siguientes:

  1. El notario realiza la petición del nombre de la empresa. Elegir el nombre bien es importante si vas a querer que te conozcan a través de él, con lo que normalmente hay que dedicarle algo de tiempo.
  2. Revisión del nombre elegido por parte del Registro Mercantil.
  3. Redacción de los Estatutos.
  4. Firma ante el notario.
  5. Recepción del NIF provisional antes del definitivo.

Tras estos pasos en los que la empresa ya puede operar legalmente, se deberá establecer un plan comercial o de marketing, establecer una serie de procedimientos y plataformas de trabajo y ponerse manos a la obra.