De entre todas las posibles, las que más tienen posibilidades de salir adelante son una bajada de los tipos de interés y un paso a negativo de los depósitos bancarios dentro del Banco Central, y ya en menor medida una compra de amplio espectro de activos.
 
Esta última es la que poco a poco está despertando más recelos en la comunidad internacional porque no ven la implementación como algo posible de manera sencilla.
 
La base para las dudas es aquello por lo que se luchó amargamente con Alemania, la creación de una deuda común que ayudase a los países más perjudicados a rebajar sus costes gracias a la mejor solvencia de los países del norte. Esto es lo que muchos temen que va a pasar si el Banco Central Europeo toma la decisión de comprar préstamos respaldados por activos. Esta medida iría dirigida a intentar pasar la mejora del crédito a las pequeñas y medianas empresas pero todo el mundo se pregunta cómo se va a hacer eso, es decir, cómo se va a crear ese ABS.
 
Principalmente, muchos ven la oportunidad de crear un mercado común de ABS que permita a los inversores invertir en toda la zona euro, pero esta ilusión se ve totalmente cortada por la realidad, y es que probablemente Alemania no permita que se unan en un mismo activo préstamos a empresas alemanas con empresas españolas o portuguesas o italianas o francesas, por lo que tendríamos una situación similar a la de la deuda periférica. Cierto es que si se consiguiese trasladar la mejora queremos en la deuda pública, a la deuda de las PYMES, mucho se habría ganado, pero es que incluso la creación de ese propio activo es muy difícil y muchos creen que el BCE tendrá problemas a la hora de implementar esa parte final del plan, por lo que dudan que pueda tener éxito en el medio plazo.