El Banco Central Europeo (BCE) considera que la escalada actual de los precios responde a un 'shock' importado, por lo que sigue confiando en que buena parte de la inflación "se desvanecerá", aunque Europa deberá acostumbrarse a convivir con unos precios más altos, según el economista jefe de la institución, el irlandés Philip Lane.

En una entrevista con 'Politico', el ejecutivo del BCE reconoce que la inflación "es un gran problema en toda Europa" y advierte de la importancia de cómo responder a este fenómeno, con las implicaciones para la política fiscal, así como para las negociaciones salariales y para la demanda.

En este sentido, Lane afirma que el diagnóstico del BCE continúa siendo que "esto es esencialmente un 'shock' de inflación importado", por lo que mantiene la opinión de que "la mayor parte de esta inflación se desvanecerá".

"Creemos que la inflación disminuirá a finales de este año y será mucho más baja el próximo año y el año siguiente en comparación con este año", sostiene.

Sin embargo, el economista irlandés advierte de que desvanecerse no significa que los altos precios se revertirán. "Es posible que Europa tenga que acostumbrarse a precios más altos", apunta.

En cuanto a la diferente respuesta del BCE respecto de otros bancos centrales como la Reserva Federal de Estados Unidos, Lane explica que Europa es un importante importador de energía, mientras que Estados Unidos es un productor de energía y también un consumidor de energía, por lo que los altos precios del petróleo beneficiarán a algunas partes de la economía estadounidense.

En el caso de Europa, debido a que esta importa más del 90% de la energía, "es esencialmente una mala noticia colectiva".

Asimismo, el economista jefe del BCE apunta que la eurozona no tiene las mismas condiciones de demanda interna, en parte porque el estímulo fiscal estadounidense el año pasado fue mucho mayor que en Europa, por lo que los ingredientes de la inflación interna "son simplemente más débiles en la zona del euro que en Estados Unidos".