El conjunto de los expertos en previsión, ya sean economistas, analistas o medios de comunicación, llevan ya muchos trimestres difundiendo una serie de escenarios catastróficos para Europa. Si bien nadie duda de que los problemas de fondo persisten, paradójicamente todo parece indicar que los mercados han interiorizado este hecho, y las primas de riesgo de varios activos han disminuido de manera espectacular.

Europa: las etapas de la reconstrucción

Ha aparecido, en efecto, una verdadera dicotomía entre la situación económica europea, cuyo deterioro persiste, y los mercados financieros, que han tomado una senda alcista. Todo parece indicar que estos últimos han acertado al optar por el optimismo ya que empieza a vislumbrarse un cambio de tendencia, anunciado por una serie de indicadores mensuales más favorables de lo esperado (como la disminución de la tasa de desempleo español y la mejora de la percepción de las empresas). Además, se modifica el conjunto de políticas presupuestarias y monetarias que conforman la política económica y todo parece indicar que se logrará poner freno a la espiral recesionista.

«Quizá ya es hora de cambiar en lo que respecta a Europa y empezar a plantearnos por fin una visión más positiva. Aunque el crédito sigue sin fluir en la zona euro, las reformas adoptadas desde 2008 y la determinación de la que hacen gala varios gobiernos, sobre todo en la periferia de la Unión, dan pistas sobre la salida de la recesión y la reconstrucción de Europa», señaló Patrice Gautry, economista jefe de UBP, enumerando las cinco etapas fundamentales del despertar europeo:

  • La flexibilización de las restricciones presupuestarias creará un espacio de crecimiento si viene acompañada de reformas estructurales, de un ajuste a la baja de los tipos a largo y de perspectivas de que se avance en la armonización presupuestaria.
  • No hay duda de que los debates actuales en torno a la fiscalidad van a obligar a los Estados europeos a plantearse reformas más audaces, lo que a largo plazo será favorable para la Unión.
  • Ahora que Estados Unidos ha adoptado un «new deal» de la energía y aumenta su competitividad, la reindustralización de Europa destaca más que nunca como un elemento fundamental de su futuro. Es más, las reformas emprendidas por varios países en los ámbitos de la productividad y los costes laborales ya les están permitiendo recuperar cuota de mercado.
  • Gracias a la mejora de la productividad en varios países y a una verdadera política de «comunidad économica» integrada, la zona euro tendría que lograr zafarse de la amenaza de la deflación y de sufrir una «decada perdida» similar a la japonesa.
  • Por último, el Banco Central Europeo tiene que mostrar mayor audacia. Se requiere un nuevo plan de ayuda al crédito, pues este permitiría reactivar la demanda y provocar una bajada aún más importante de los costes de refinanciación, disminuyendo las cargas financieras de todos los agentes económicos.

Un filón para la inversión a medio plazo

«Este conjunto de medidas, cuyo objetivo es lograr que Europa salga progresivamente de la recesión, es muy positivo. Ahora bien, tanto los analistas como los mercados tienden al escepticismo, lo que representa una oportunidad —ha precisado Alan Mudie, CIO de UBP—. En este contexto, damos preferencia a los mercados de valores, y más concretamente a la renta variable europea y japonesa, cuya potencial es elevado», concluyó. La estrategia de cartera se apoyará así en los siete pilares siguientes:

  • Todo indica que este entorno favorable seguirá beneficiando a los mercados de renta variable y su progresión tendría que verse reforzada por las entradas de capital en detrimento de las inversiones de tipo fijo.
  • En concreto, la renta variable europea (que se encuentra más alejada de los máximos alcanzados con anterioridad a la crisis) está infravalorada en relación a la renta variable estadounidense. Dentro de la zona euro, es aconsejable optar por aquellas empresas que han tomado posiciones para aprovechar la reconstrucción en curso.
  • Además, las obligaciones convertibles europeas gozan de previsiones de rentabilidad más atractivas que sus homólogas estadounidenses.
  • Con los datos macroeconómicos en la mano y en el contexto actual, todo parece indicar que el euro está demasiado alto y que su depreciación beneficiaría a la zona euro: por consiguiente, optamos por el dólar.
  • En las carteras de renta fija, recomendamos concentrarse en los vencimientos más cortos y dar preferencia a la deuda de empresa. Señalemos no obstante que vistas las reformas emprendidas en los países de la periferia europea, es posible que haya llegado el momento de volver a evaluar las oportunidades que ofrece la deuda pública de estos países. Citemos por ejemplo el caso italiano.
  • La situación actual es ya menos favorable a los valores refugio. Ahora bien, el oro no ha perdido por completo su atractivo a medio plazo y sigue constituyendo una excelente protección contra los excesos monetarios de los bancos centrales.
  • Por último, en lo que respecta a las inversiones alternativas, la configuración de los mercados y de la economía mundial resulta sobre todo favorable a las estrategias de tipo «long/short» y «global macro», dado el ligero incremento de la volatilidad y la menor correlación entre activos, lo que refleja principalmente la vuelta a la normalidad de los mercados y una clara mejora de la confianza.

Nota a propósito de Union Bancaire Privée (UBP)

UBP es uno de los mayores bancos privados suizos y uno de los mejor capitalizados, con un ratio Tier 1 a 31 de diciembre de 2012 del 25,7%. El Banco se especializa en la gestión de patrimonio al servicio de clientes institucionales y particulares. Con sede en Ginebra, cuenta con 1.300 colaboradores presentes en una veintena de oficinas de todo el mundo. A 31 de diciembre de 2012 sus activos bajo gestión ascendían a 80.000 millones CHF (66.000 millones EUR).

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