Telefónica continuará respaldando el plan de digitalización sistemática que inició con la Biblioteca Nacional de España en el 2008 y por el que se ha conseguido que 150.000 títulos de los diferentes tipos de materiales que se encuentran en la BNE: dibujos, grabados, fotografías, partituras, libros impresos y manuscritos, registros sonoros, material cartográfico, revistas y periódicos, etc., estén al alcance de  cualquier ciudadano en cualquier lugar del mundo. Así ha quedado plasmado esta mañana tras la firma de un nuevo acuerdo ratificado por Ana Santos Aramburo, directora de la BNE y por Carlos López Blanco, director de Asuntos Públicos y Regulación de Telefónica.

Estos fondos, accesibles libre y gratuitamente desde los portales de la Biblioteca Digital Hispánica (BDH) y la Hemeroteca Digital (para la consulta específica de la prensa histórica) representan 25.000.000 de páginas digitalizadas.

El proceso de digitalización de la BNE se centra fundamentalmente en los fondos de dominio público, es decir, aquellos que están libres de derechos de autor.

Con la firma de este nuevo convenio entre la BNE y Telefónica se mantiene el proceso de digitalización de fondos y se potencia la difusión de estos materiales de libre disposición. Esta difusión de las colecciones es hoy un elemento clave, una vez que ya hay millones de páginas digitalizadas a disposición de los ciudadanos. El reto actual es lograr que todo este patrimonio sea conocido, consultado y abierto a la sociedad.

Próximos autores

La digitalización de fondos se centrará en autores que en los próximos años pasan al dominio público como Ramón y Cajal, Lorca, Valle Inclán, Unamuno, Ramiro de Maeztu o Pedro Muñoz Seca, así como en grandes autores de los que aún faltan obras emblemáticas por incorporar a la BDH como Clarín, Espronceda, Rosalía de Castro, Juan Valera o José Zorrilla…

También se digitalizarán obras de las que la BNE alberga el único ejemplar que se conserva y cuya preservación es clave. Igualmente, se seguirá con las líneas ya iniciadas y se digitalizarán obras de todo tipo: manuscritos, incunables, dibujos, grabados, fotografías, partituras, etc. Merece la pena destacar el proyecto de digitalización de 6.500 rollos de pianola con un escáner único diseñado por la Universidad Autónoma de Barcelona.

A partir de ahora se realizarán desarrollos de Apps con colecciones destacadas de la BDH, búsqueda de nuevos usuarios y otros desarrollos como pasapáginas, líneas de tiempo y geolocalización de obras.

En 2012, el ritmo de digitalización alcanzó las 30.000 páginas diarias. La media anual de visitas desde ese año es de 440.000, con una duración de 9 minutos. 31.000 usuarios al mes de 163 países (21% desde América y se registra un auge importante de China en 2014). En total entre 2008-2013 se han descargado más de 15.000.000 de documentos.

La Biblioteca Digital de Patrimonio Iberoamericano

Telefónica respalda también el liderazgo por parte de la BNE de la Biblioteca Digital del Patrimonio Iberoamericano (BDPI). Creada para dar acceso a las colecciones digitales de las Bibliotecas Nacionales iberoamericanas, la (BDPI) cumplirá en septiembre dos años con acceso a 210.340 recursos digitales y 112.00 usuarios de 132 países. La biblioteca digital se ha consolidado como la iniciativa más importante de cooperación bibliotecaria en este ámbito geográfico y cuenta ya con ocho bibliotecas nacionales participantes a las que pronto  se sumarán nuevos socios.

Integrada por las bibliotecas nacionales de Brasil, Colombia, Chile, El Salvador, España, Panamá, Uruguay y Portugal, el futuro de la BDPI pasa por la incorporación de nuevas bibliotecas y la integración de nuevos servicios. El tiempo transcurrido pone de manifiesto que con los medios y el apoyo necesario puede ser junto a portales como Europeana o la Digital Public Library of America, uno de los proyectos centrales en el mundo de la cultura digital, y para los países iberoamericanos, un buen modelo de cooperación y de difusión del patrimonio común.

Desarrollado en el marco de la Asociación de Estados Iberoamericanos para el Desarrollo de las Bibliotecas Nacionales de los países de Iberoamérica  (ABINIA) y con tecnologías de código abierto, su desarrollo ha sido liderado por la Biblioteca Nacional de España partiendo de la experiencia adquirida en los diferentes proyectos en los que participa, lo que abre múltiples vías de cooperación, coordinación y reutilización de información con el resto del mundo cultural.

 

Para más información consulte: http://www.bne.es/es/AreaPrensa/

 Testimonios de autores e investigadores

 

«Para mi investigación sobre la literatura de los Siglos de Oro resulta fundamental poder acceder desde cualquier lugar del mundo a manuscritos e impresos de los siglos XVI y XVII que atesora la Biblioteca Nacional gracias a la Biblioteca Digital Hispánica. Éste es un recurso imprescindible para todos los que trabajamos con el patrimonio cultural español, y sin el cual no concibo la investigación en el siglo XXI».

Alejandro García Reidy

Profesor de Lengua, Literatura y Lingüística

Universidad de Siracusa, EE. UU.

 

«Desde hace más de 25 años investigo en la Biblioteca Nacional de España. Recuerdo, como si fuera ayer, mis primeras visitas a la Sala Cervantes y la emoción de encontrar encima de mi mesa los códices, incunables o impresos solicitados. Esa emoción de antaño, restringida a un espacio (ya sea en la sala de la BNE, como en otras bibliotecas de todo el mundo) se ha multiplicado ahora gracias a la digitalización de sus ricos fondos. Una emoción –y una fuente de conocimiento y de información- que no se limita a la sala Cervantes de la sede de Recoletos de la BNE, sino que está disponible desde cualquier lugar del mundo con acceso a Internet. Ahora más que nunca, la BNE está presente y es fuente de información primaria y secundaria de mi investigación. Pero ahora, gracias a la digitalización y a las herramientas de recuperabilidad de la información que las acompaña, esta riqueza es accesible desde cualquier lugar del mundo. Y así, soy usuario de la BNE cuando estoy en Madrid y sigo acercándome a la Sala Cervantes; pero también soy usuario de la BNE cuando estoy lejos de Madrid y accedo a su Biblioteca Digital Hispánica, uno de los referentes de las humanidades digitales hispánicas».

 

José Manuel Lucía Megías

Catedrático de Filología Románica

Vicedecano de Biblioteca, Cultura y Relaciones Institucionales

Universidad Complutense de Madrid, España

 

«Quisiera expresar en los términos más fuertes posibles la importancia que tiene para mi trabajo la Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional Española. No puedo estar físicamente en Madrid más de dos meses al año, para poder consultar sus amplios fondos directamente.  Pero es raro el día que no recurro a la BDH para hacer una consulta «virtual», en relación con los artículos y  libros que escribo, las ediciones que preparo, o con mi dirección del proyecto Manos Teatrales <manosteatrales.org>. Mi trabajo actual tiene que ver con manuscritos teatrales del teatro clásico, de los cuales la Biblioteca Nacional tiene un tesoro inmenso, que pueden envidiar las bibliotecas inglesas y francesas.  Aparte del beneficio personal para mi trabajo, creo que es muy importante asegurar la visibilidad digital la mayor parte posible de la colección de la BNE, para que todos los interesados puedan apreciar este tesoro».

Margaret Rich Greer

            Profesora de Estudios Españoles y Latinoamericanos y de Teatro

Universidad Duke, EE.UU.

 

 

«Sin duda alguna que la noticia de la renovación del respaldo a la política de digitalización de fondos de la BNE por parte de Telefónica es una gran noticia.

A día de hoy, entre los que nos dedicamos a las Humanidades, es tan común iniciar la jornada de trabajo conectándonos a los catálogos de la BNE, y en especial a la BDH, como conectarnos al correo electrónico o al metabuscador al que estemos acostumbrados.

Algunos, que en su día trabajamos con catálogos en papel, agradecemos -cuando no bendecimos- poder contar con unas herramientas de investigación como las citadas. Sólo pensar que hubiera una interrupción en los ritmos de esa digitalización, nos hace imaginarnos un parón inconmensurable en las investigaciones sobre fondos hispánicos que, gracias a esta plataforma, son consultables a cualquier hora del día, todo el año, en todo el Mundo: no sólo en el gran edificio, tan sabiamente humanizado por sus bibliotecarios, del Paseo de Recoletos.

Estamos en una encrucijada histórica. Debemos seguir estando: si alguna vez se paralizaran estos convenios, tendríamos la sensación de bajarnos del AVE en marcha: ¿y, luego, quién lo vuelve a coger? Como cantaba la insignia de Bernardo Vargas Machuca, “A la espada y al compás, más, y más, y más, y más"».

Alfredo Alvar

Profesor de Investigación del CSIC

Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia

 

«Una de las joyas menos conocidas que alberga la Biblioteca Nacional se encuentra en Internet: su hemeroteca digital. Desde cualquier ordenador y desde el lugar más recóndito del planeta se puede acceder a una de las más importantes colecciones de prensa de los siglos XIX y XX que existen.

Suelo bucear en ese espacio virtual pasando y leyendo páginas digitales de periódicos de época ayudado por un potente buscador. De esos recorridos ha salido la novela "La biblia bastarda", escrita en coautoría con mi hermano Fernando, y que discurre en el Madrid de los años 30 a través de los enredos de un periodista del diario La Voz, uno de los periódicos populares más famosos de aquel momento, cuyo fondo completo está disponible gratis y a golpe de ratón.

Otras veces entresaco pequeñas piezas que publico en Twitter. Estás una noche viendo cómo los periódicos anglosajones dieron la noticia del asesinato que desencadenó la I Guerra Mundial y uno se pregunta ¿cómo lo valorarían las cabeceras españolas? En un minuto, la respuesta a través de Internet».

Mario Tascón

Escritor y Periodista

«Como investigador, la digitalización realizada por la BNE ha supuesto una auténtica revolución en mi método de investigación, ya que permite acceder de manera instantánea a fuentes musicales, literarias e iconográficas que hasta ahora exigían largas horas en las salas de lecturas, así como su manipulación sin poner en riesgo los documentos originales. De especial interés son las digitalizaciones de grabaciones sonoras antiguas, que hasta el momento no se podían escuchar debido a la fragilidad de sus soportes».

Álvaro Torrente

Profesor de Historia de la Música

Universidad Complutense de Madrid, España

 

 

 

Para más información consulte: http://www.bne.es/es/AreaPrensa/