El consejo de administración de Banco Santander ha acordado una ampliación de capital de hasta 7.500 millones de euros, mediante la emisión de hasta 1.258,4 millones de acciones, con exclusión del derecho preferente de suscripción para los actuales accionistas. La emisión se llevará a cabo a través del procedimiento de colocación privada acelerada dirigida únicamente a inversores institucionales.
Este reforzamiento de capital permitirá al banco acompañar el crecimiento de las economías donde está presente. La previsión de crecimiento económico en los mercados donde opera Banco Santander confirma un cambio de ciclo, pues se estima que en 2016 las economías de la zona euro (España, Portugal y Alemania) crecerán cerca de un 2%; Brasil, Reino Unido, Estados Unidos, Polonia y Argentina, alrededor del 3%; y México y Chile, por encima del 4%. Por tanto, reforzar el capital ahora permitirá al banco aprovechar las oportunidades de crecimiento orgánico, aumentando el crédito y la cuota de mercado en los mercados clave.
Tras este aumento de capital Banco Santander reformulará su política de dividendo volviendo a pagar en efectivo la mayor parte del mismo. El actual “Dividendo Elección” ha facilitado, durante los años de la crisis, que la entidad se recapitalice al ritmo de las exigencias regulatorias y ha permitido que los accionistas puedan optar por recibir su retribución en acciones o en efectivo.

Ante la mejora del escenario de crecimiento económico y el cambio en la normativa fiscal, por el que empeora el tratamiento impositivo de percibir el dividendo en el formato de scrip, la intención del consejo de administración es que la retribución con cargo al resultado de 2015 sea de 0,20 euros por acción, que se abonaría, como siempre, en cuatro pagos, de los que tres se recibirán en efectivo y el otro, en acciones o efectivo, a elección del accionista.

En los próximos ejercicios, la evolución del dividendo será acorde al crecimiento de los resultados, con el objetivo de que la remuneración en efectivo (cash pay-out) represente entre el 30% y el 40% del beneficio recurrente, en lugar del 20% actual. Esta operación es positiva para los accionistas, ya que se estima que mejora el Beneficio por Acción (BPA) desde 2016.

Las recientes pruebas de resistencia realizadas por el Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea (EBA) ponen de manifiesto que Banco Santander cuenta con una sólida posición de capital y cumple holgadamente con los ratios que son exigibles conforme a la normativa en vigor. Sin embargo, Santander estima conveniente anticipar el cumplimiento de los requerimientos de capital derivados de Basilea III, asumiendo su plena aplicación ya desde este ejercicio aunque sólo serían exigibles a partir de enero de 2019, aprovechando la actual coyuntura del mercado.

Tras esta ampliación de capital, el banco alcanzará este año un ratio de capital fully loaded de alrededor del 10%. Este nivel situaría a la entidad entre los bancos con mayor fortaleza de capital a nivel internacional, teniendo en cuenta que Santander posee una diversificación geográfica y un modelo de negocio minorista que le permite una baja volatilidad en sus resultados, tal como ha quedado confirmado en los recientes ejercicios del BCE.

En 2014, el beneficio neto atribuido de Banco Santander alcanzó aproximadamente 5.800 millones de euros, lo que supone un aumento ligeramente superior al 30% con respecto a 2013. Si se excluye el impacto de los tipos de cambio, el beneficio habría crecido un 40%, gracias a la recuperación de los ingresos, que crecen aproximadamente un 6%; el control de costes, que solo aumentan un 3%, y el descenso de las provisiones en un 10%.

La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, ha señalado: “Tenemos confianza en la mejora de la economía en todos los mercados donde estamos presentes y en el potencial del banco para crecer orgánicamente, aumentar el crédito y seguir apoyando a nuestros clientes, tanto particulares como empresas”.

Previsiones y estimaciones

La presente comunicación incluye ciertas previsiones y estimaciones en el sentido de la definición del “U.S. Private Securities Litigation Reform Act of 1995”. Dichas previsiones y estimaciones pueden identificarse por el uso de palabras o expresiones tales como “espera”, “anticipa”, “tiene intención de”, “proyecta”, “cree”, “busca”, “estima” y vocablos similares e incluyen, entre otras cuestiones, comentarios sobre los cambios esperados en la política de remuneración al accionista de Banco Santander. Tales previsiones se basan en las expectativas actuales de la dirección de Banco Santander y están intrínsecamente afectadas por la incertidumbre y sujetas a cambios de circunstancias. Banco Santander no asume obligación alguna de actualizar estas previsiones y estimaciones para reflejar la situación actual de resultados ni cualquier cambio en acontecimientos, condiciones, hipótesis u otros factores. Numerosos factores, incluidos los que se reflejan en el Informe Anual de Banco Santander ante la Securities and Exchange Comission (SEC) (Banco Santander’s Annual Report on Form 20-F) –en el apartado “Key Information—Risk Factors”– y en el Documento de Registro de Acciones registrado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) –en el capítulo 4, titulado “Factores de Riesgo”–, podrían afectar a los resultados futuros de Banco Santander y podrían dar lugar a que éstos u otros resultados se desvíen, materialmente, de los anticipados a través de previsiones y estimaciones de cualquier índole.


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