Saint-Gobain desde su compromiso con la sostenibilidad, que ambiciona posicionarse en el mercado como líder mundial en construcción ligera y sostenible, ha sido uno de los miembros fundadores de este SCRAP, al que cada vez se adhieren más empresas que pretenden organizar colectivamente la gestión final de los residuos de envases que se generan al utilizar los productos y soluciones que las empresas ponen en sus respectivos mercados.
ENVALORA, como nuevo Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) para envases comerciales e industriales que aglutina hoy, a más de 390 empresas de diferentes sectores para colaborar, impulsar y financiar soluciones con el objetivo de prevenir y reducir el impacto de los residuos de envases en el medio ambiente, celebra su primera Asamblea General Ordinaria.
Proyectos como ENVALORA, encajan perfectamente en la hoja de ruta de sostenibilidad definida por Saint-Gobain para todos sus negocios y que pretende minimizar la cantidad de residuos de envases y diseñar embalajes reutilizables que puedan ser objeto de sistemas de depósito, devolución y retorno.
Desde Saint-Gobain, apoyamos el modelo de gestión de ENVALORA basado en el fomento de la reutilización, la economía circular y el acuerdo entre proveedores, modelo que enmarcamos en nuestros objetivos para reducir en un 30% el uso de materia prima virgen en todos nuestros envases y embalajes 100% reciclables, mientras fomentamos su reutilización mediante sistemas de depósito, devolución y retorno. El fin último es, que para 2050 seamos neutros en carbono, y para ello, Saint-Gobain dedicará un presupuesto mínimo anual en I+D de 100 millones de euros hasta el 2050.
Más allá de los esfuerzos por reducir sus propias emisiones de CO2, Saint-Gobain es un actor clave en la sostenibilidad, ofreciendo soluciones que aportan un beneficio para el planeta y para las personas (en términos de salud, seguridad y bienestar). Las soluciones vendidas en todo el mundo en un año suponen un ahorro, de alrededor, de 1.300 millones de toneladas de emisiones de CO2 a lo largo de su vida útil, unas 40 veces la propia huella de carbono total de Saint-Gobain en 2020 (alcances 1, 2 y 3).