De este modo, el gestor de fondos de inversión descarta las "malas cerezas" y se llena el cesto de "buenas cerezas", lo que se traduce el que el gestor se quede con aquellos fondos de inversión que muestren grandes rentabilidades de manera sostenida en el tiempo y forme su reputación sobre la calidad de su gestión a través de una gran rentabilidad histórica que tiene su origen de manera artificial.

Estas artimañas pasan desapercibidas ante la gran mayoría de inversores de los fondos que ven en la rentabilidad histórica de un gestor o de un fondo como un dogma a respectar y casi adorar. Pocos son los que pretenden y pueden realizar un ejercicio de investigación sobre los fondos de inversión liquidados y/o absorbidos a cargo de cada gestora ya que es una tarea tremendamente complicada debido a que las fichas de los fondos liquidados no suelen permanecer durante mucho tiempo en las páginas webs de las gestoras.

Esta medida no sólo es un atractivo para los clientes sino que supone un duro golpe para la competencia que aunque en un mismo ejercicio hayan obtenido en fondos parecidos rentabilidades similares, los datos de rentabilidad histórica del producto en cuestión será el abismo que separará ambos productos de inversión y será una baza para acabar captando en mayor o menor medida un potencial número de clientes.

La recogida de cerezas suele aumentarse en años en los que las bolsas tienen un comportamiento negativo o nefasto y perjudican gravemente a la evolución de la rentabilidad histórica del fondo. En estos términos dependiendo de cómo el gestor afronte el reto de un mercado bajista procederá a cambiar el modelo de gestión de las inversiones o bien dar por finalizada la actividad del fondo liquidándolo entres sus respectivos participes.

Ante este escenario... ¿Soléis informaros de los diferentes fondos que ha comercializado una gestora? ¿Hasta qué punto la rentabilidad histórica de un fondo de inversión constituye un dato fiable?

"Estas son las cuestiones y en vuestra mano quedan las resoluciones"