Sin duda, así debería interpretarse si consideramos las esperanzas puestas hace ya un año en la aceleración del ritmo de crecimiento mundial. Pero lo cierto es que la realidad decepcionante se impuso ya con fuerza en el Q2, confirmándose en el Q3. Claro que los datos más recientes son mucho más alentadores, lo que nos hace ahora ver este año con renovado optimismo
. Por cierto, optimismo que ahora es compatible con la cautela que mantienen la mayoría de los analistas y las fuentes oficiales. Con alguna excepción, naturalmente.
¿Recuperación cíclica? Sin duda, pero impulsada ahora por dos nuevos factores:
1. la caída experimentada por el precio del crudo;
2. un mayor ajuste durante 2014 de los desequilibrios a nivel mundial.
Con respecto al primer punto observarán que estoy hablando en pasado. No, no contemplo un descenso adicional en los precios del crudo y del resto de las commodities. Pero su recuperación será lenta, en algún caso quedando lejos de los máximos de precios recientes.
Por lo que respecta a los desequilibrios, siempre hay ajustes pendientes por realizar. Pero esto no significa obviar los cambios que ya se han producido. Y de alguna forma, también los ajustes que siguen produciéndose casi sin que nos demos cuenta. ¿No se puede entender de esta forma el ajuste de las balanzas exteriores a que lleva la caída de los precios externos o la debilidad de la demanda desde las economías desarrolladas?
Crecimientos del 5 % anualizado de la economía norteamericana a finales del 2014....¿no les parece una razón para el optimismo?. También, naturalmente, un nuevo paso en el impulso fiscal por el nuevo (mejor, renovado) Gobierno japonés. Sin olvidarnos de la puesta en marcha del Plan Juncker en Europa. En China, naturalmente, bajo un elevado margen de actuación en política económica, fiscal y monetaria. ¿Y el ECB con su QE? También, claro. Pero, entiendo su escepticismo sobre todo lo anterior. Y es algo que en parte comparto, pese a mis buenos deseos. Me refiero a los interrogantes e incertidumbres sobre los que, por las fechas en que nos encontramos, prefiero no hacer mucho hincapié. Grecia es uno de ellos.
Meditaba al iniciar esta nota sobre las tres fases en que estamos inmersos en la zona Euro:
1. confirmar la recuperación cíclica del área;
2. el Plan Juncker como el primer paso de reformas y ajustes que permitan un aumento del crecimiento potencial a través de mayor productividad e inversión;
3. iniciar la integración fiscal al mismo tiempo que se afianza la integración monetaria.
Como ven, en los pasos 2 y 3 va a influir mucho el escenario político al que nos enfrentemos en este 2015. Y de nuevo es Grecia la que puede marcar un precedente...para 2016. Sí, este año nos enfrentaremos a una nueva fase de la Crisis Griega. Y la respuesta que ofrezca Europa sin duda creará un precedente para los sucesivos "riesgos" políticos a los que nos enfrentaremos en dos años. Todo esto es algo que ha repetido el propio Draghi en su entrevista publicada hoy en un medio alemán.
Geopolítica, sin duda, es un factor importante a considerar a la hora de valorar las posibles amenazas para este ejercicio que comienza. Pero, en mi opinión, la verdadera amenaza tiene un nombre: política monetaria. Y es que si en los últimos años se ha producido una total convergencia de criterios de actuación entre los principales bancos centrales mundiales, ahora puede ocurrir todo lo contrario. Valoremos por tanto en su justa medida estas potenciales discrepancias que, al menos hasta el momento en que no se materialicen, sólo pueden llevar a una mayor inestabilidad en los mercados financieros (el miércoles pasado el VIX volvió a repuntar un 20.6 %...la volatilidad de la volatilidad). Sí, es momento de ser mucho más selectivo a la hora de invertir en activos que en el pasado reciente. Pero, partiendo de que por el momento la tendencia al alza de los precios de los activos financieros no ha cambiado. Y con las bolsas ahora como el principal beneficiario. Al menos en la primera mitad del ejercicio. Luego, ya veremos.
Es ciertamente difícil que la economía mundial no mejore su ritmo de crecimiento en los próximos meses. Y ahora los inversores están más predispuestos a las malas noticias que en el mismo periodo del año pasado. Los precios de las bolsas (no confundir con la renta fija y crédito) y de commodities, más ajustados en términos relativos. Sí, 2015 promete ser un año prometedor para la economía mundial. Y en cierta medida, también para los mercados financieros. Pero, ya saben lo que dicen: los mercados anticipan el futuro. ¿Y una vez que este futuro se convierte en presente? Entonces llega el momento de ser selectivo. Esta es la mejor recomendación para este ejercicio tan prometedor. Lo iremos viendo juntos.