Nuevos horizontes terapéuticos para la enfermedad del vitíligo

El vitíligo es una enfermedad autoinmune que se caracteriza por la pérdida de pigmento en la piel. La afección puede afectar la piel de cualquier parte del cuerpo, aunque por lo general se localizan en la cara, manos y pies. 

El vitíligo se produce cuando las células que producen melanina mueren o dejan de funcionar y afecta a las personas de todo tipo de piel, sin poner en riesgo sus vidas y no es contagiosa. El síntoma más evidente es la aparición de manchas blancas en la piel.

Aunque sus causas exactas no están claras, se cree que factores genéticos y ambientales desempeñan un papel importante en su desarrollo. No causa dolor ni picor, pero puede tener un impacto emocional significativo en quienes lo padecen debido a su estética. 

Recientemente se ha aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) un fármaco para el tratamiento de la enfermedad, el ruxolitinib. La primera crema, Opzelura, que pigmenta la piel en el vitíligo y que supone un gran avance para esta enfermedad. Es, así mismo, el primero y único aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para el vitíligo.

La dermatóloga Elena Tévar, jefa de la Unidad de Vitíligo del Servicio de Dermatología del Hospital Ruber Internacional y de Clínica Dermatológica Internacional (CDI), explica que esta crema se aplica dos veces al día de manera continuada. “Los resultados mejoran significativamente la repigmentación de la piel facial y corporal, favoreciendo también la calidad de vida de los pacientes”.

El ensayo clínico efectuado a 600 pacientes con vitíligo no segmentario después de un tratamiento continuado de 52 semanas, la mitad de los casos consiguen una mejoría de las áreas afectadas de ≥75%. Una excelente noticia para los más de 120 millones de pacientes que se estiman padece vitíligo en el mundo.

Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), entre el 1,5% y el 2% de la población padece vitíligo y hasta ahora no existía ningún tratamiento para combatirlo.

Para la doctora Elena Tévar con los procedimientos anteriores, terapia combinada de corticoides o inmunomoduladores, asociados a fototerapia, era importante el tiempo de evolución del vitíligo. “Es decir, pacientes que tenían un vitíligo de reciente aparición, era relativamente sencillo repigmentarles según las localizaciones. Pero a pacientes que tienen vitíligo desde hace 10 o 15 años, era prácticamente imposible conseguir la repigmentación”, indica. En cambio, según los estudios este no es un condicionante con el uso del ruxolitinib.

Otro de los factores que la doctora Tévar destaca es la seguridad. La aplicación de esta sustancia tópica lleva aprobada en Estados Unidos más de tres años para la dermatitis atópica. “Para el vitíligo lo único que puede producir en algunos pacientes es algo de irritación cutánea y alguna reacción, pero es un tratamiento que se tolera muy bien y puede utilizarse como máximo a la vez en un 10% de la superficie corporal”, afirma.