La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), que agrupa a la gran mayoría de los microbiólogos clínicos y especialistas en enfermedades infecciosas españoles, celebra estos días en Sevilla su XIX Congreso. Uno de los temas principales de la Reunión gira en torno a la resistencia a los antibióticos, un problema nacional que preocupa tanto a las instituciones sanitarias como a los profesionales: médicos, profesionales de enfermería y farmacéuticos.  

La progresiva pérdida de la actividad de los antimicrobianos (sustancias que matan o inhiben el crecimiento de microbios, como los antibióticos y los antivirales) y la escasa incorporación de nuevos antibióticos al arsenal terapéutico, constituyen un problema de salud pública de primer orden. España se encuentra entre los países europeos con mayor consumo de antibióticos por habitante y mayores problemas de resistencia de las bacterias a los mismos, por lo que resulta de vital importancia sensibilizar a los ciudadanos para que utilicen estos medicamentos de manera racional y prudente.

El Dr. Alvaro Pascual, presidente del Comité Organizador del Congreso afirma: “la resistencia antibiótica nos compete a todos, es un buen ejemplo del concepto One Health o Un mundo una Salud. Hay que mejorar el conocimiento de la población sobre los antibióticos y los riesgos que conlleva su mal uso, incidir en la formación continuada de los profesionales sanitarios, controlar el uso de antibióticos en veterinaria y agricultura y fomentar la investigación sobre nuevas familias de antibióticos”.

El aumento de las resistencias

Estudios de prevalencia realizados en múltiples hospitales de nuestro país han mostrado un aumento del porcentaje de cepas de Staphylococcus aureus (uno de los patógenos humanos más frecuentes responsable de infecciones de piel y tejidos blandos, osteoarticulares, septicemi etc.) resistentes a betalactámicos (cepas “SARM”), los antibióticos de elección para combatir estas infecciones. La resistencia a dichos antibióticos en la actualidad es del 30%.  Y lo que es más grave aún, en los últimos dos años se han descrito numerosos casos de infección por cepas SARM en la comunidad y no sólo en los hospitales, un fenómeno que hasta ahora no se había detectado en nuestro país.

Por otro lado, según datos recientes la frecuencia de resistencia a amoxicilina/clavulánico, el antimicrobiano más usado dentro y fuera de los hospitales, ha aumentado hasta el 10% en los últimos años tras haberse mantenido por debajo del 5% durante una década entre las cepas de Escherichia coli (la causa más frecuente de infecciones urinarias e intraabdominales). Otro problema de gran magnitud es la aparición de cepas multirresistentes de E. coli en la comunidad, mediante la producción de betalactamasas de espectro extendido. Las tasas de cepas de E. coli productor de estas enzimas es del 7-15% dependiendo de las zonas. Éste es un problema de primer orden ya que obliga a usar carbapenemas, antimicrobianos de reserva, con el consiguiente riesgo de diseminación de resistencias a estos antimicrobianos.

De hecho en los últimos 5 años se describen con mayor frecuencia bacterias productoras de carbapenemasas, que supone un gran problema de salud en algunos países del sur de Europa, tales como Grecia o Italia. La prevalencia global en España es baja (<1%) pero se han empezado a describir brotes importantes en algunos centros hospitalarios. Estas enterobacterias productoras de carbapenemasas  constituyen uno de los mayores desafíos en la actualidad. Algunas de estas bacterias son resistentes a todos los antibióticos de primera línea.

España, mayor riesgo de infección por bacterias resistentes

Aunque la resistencia a los antibióticos es hoy en día un fenómeno universal, según estudios efectuados por las redes de vigilancia europeas, en Europa hay diferencias notables en las tasas de consumo y resistencia. Hay un patrón norte-sur de tal forma que no todos los ciudadanos europeos tienen el mismo riesgo de infectarse por bacterias resistentes, este riego es mucho mayor en países mediterráneos como España, Francia y Grecia, que en Holanda o Suecia.

En países como Noruega e Islandia, si se desea tratar una infección producida por E. coli, el porcentaje de resistencia a las fluoroquinolonas, antibióticos que combaten las infecciones sanguíneas y urinarias, es inferior al 10%, mientras que en países mediterráneos como España el porcentaje es del 30%.

En los últimos años se están haciendo esfuerzos en España para luchar contra este fenómeno. Una de las herramientas ha sido la puesta en marcha de programas de uso adecuado de antimicrobianos (programas PROA y otros) que han permitido disminuir las tasas de resistencia a la vez que han disminuido el consumo de antimicrobianos en los hospitales. El problema es que el grado de desarrollo de estos programas es muy variable. Un programa de esta naturaleza puede suponer un ahorro de más de 1 millón de euros al año en un hospital de referencia. Tampoco debemos olvidar la importancia de la resistencia antibiótica en atención primaria.

Cómo abordar el problema

Según el Dr. Rodríguez Baño, presidente del Comité Científico del Congreso: “es de vital importancia que la población haga un uso responsable de los antibióticos y que siga rigurosamente la prescripción médica. Se deben tomar las dosis recomendadas, a las horas indicadas y durante los días establecidos por el médico o corremos el riesgo de favorecer el aumento de las resistencias. Además, dada la gran dificultad en la prescripción adecuada de antibióticos, se necesitan equipos especializados en los hospitales que trabajen en mejorar el uso de estos medicamentos”.

En este sentido, para atajar el problema de las resistencias a los antibióticos y la diseminación de las mismas, hacen falta, desde el punto de vista de la atención a los pacientes:

  1. La detección adecuada de las resistencias y de los posibles brotes (para lo que los microbiólogos son imprescindibles).
  2. El tratamiento adecuado de los casos de infección y el uso correcto de los antibióticos (para lo que los infectólogos son clave).
  3. Un mejor control de los microorganismos resistentes (para lo que ambos son muy importantes).
  4. La educación de la población influye de manera decisiva en la forma en que los antibióticos son utilizados, y por lo tanto en las tasas de resistencia a los mismos. La educación y concienciación se han de convertir en factores de importancia estratégica para frenar la progresión de la resistencia e incluso disminuirla.

 La SEIMC

La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica es una Sociedad Científica que agrupa a profesionales que trabajan en el campo de la patología infecciosa, tanto desde el punto de vista clínico como del diagnóstico etiológico, el tratamiento y la prevención de los procesos infecciosos.

La finalidad fundamental de la SEIMC es la de promover, fomentar y difundir el estudio e investigación de las Enfermedades Infecciosas y de la Microbiología Clínica, en cuanto a epidemiología, patogenia, diagnóstico, tratamiento, prevención y control se refiere, así como en sus interrelaciones.

Actualmente cuenta con más de 2.750  asociados, más de 1.550 corresponden a la sección de la Microbiología Clínica y cerca de 1.200 a la de Enfermedades Infecciosas.