La hipertrofia prostática benigna, o agrandamiento de la próstata, es un trastorno cada vez más habitual en la salud masculina y su abordaje implica la modificación de los hábitos de vida, la administración de fármacos para el tratamiento de los síntomas o, en casos más graves, cirugía. 

La importancia de la educación en cuanto a hábitos y estilos de vida y la conveniencia de acompañar a los pacientes en el proceso asistencial de este trastorno están en el origen de la nueva Escuela de Pacientes con hipertrofia benigna de próstata que la Fundación Jiménez Díaz ha puesto recientemente en marcha dirigida a aquellos que van a ser intervenidos de este problema de salud en las siguientes semanas a la celebración de cada edición de la iniciativa, y que se enmarca dentro de la estrategia del hospital de impulsar acciones de educación sanitaria, prevención y promoción de la salud dirigidas a la sociedad, tal y como explica el Dr. Óscar Gómez, director de Continuidad Asistencial del centro madrileño.

“Buscamos establecer una cercanía de los pacientes con el equipo multidisciplinar de médicos especialistas en Urología y enfermeros que van a participar en su proceso asistencial y que puedan familiarizarse con las dependencias del hospital”, explica por su parte la Dra. Leticia López Martín, especialista del Servicio de Urología del hospital madrileño y coordinadora de esta iniciativa. Para ello, añade, en este marco de la Escuela de Pacientes, se ofrecen también encuestas de satisfacción sobre las actividades en las que vayan participando, con la oportunidad de resolver todas las dudas tras las sesiones, “lo cual permite al equipo de profesionales sanitarios escuchar qué es aquello que inquieta o demanda el paciente”. 

Abordaje de la hipertrofia benigna de próstata

La próstata es una pequeña glándula situada debajo de la vejiga y delante del recto, cuya misión como glándula sexual es la creación de los nutrientes necesarios para dar soporte al espermatozoide, favoreciendo su madurez y movilidad para la fertilización del óvulo, ya que el líquido que produce formará parte del semen. 

El agrandamiento de la próstata es un problema de salud que se vuelve más común con la edad, y la peculiar situación anatómica de la próstata hace que los problemas que puedan sufrir los hombres a lo largo de la vida se traduzcan en síntomas miccionales. “Estos síntomas -señala la Dra. Carmen González Enguita, jefa del Servicio de Urología de la Fundación Jiménez Díaz-, pueden mejorar con la educación del paciente en la modificación de sus hábitos de vida (cambios dietéticos, de ingesta de líquidos…) y un tratamiento bien elegido, según el tipo de síntomas y de próstata”. “Sin embargo, cuando la sintomatología no se resuelve, aparecen efectos secundarios o el paciente no desea estar siempre tomado medicamentos, está indicada la cirugía”, matiza. 

En la actualidad, hay diferentes tipos y abordajes quirúrgicos para solucionar los síntomas y problemas provocados por la hiperplasia benigna de próstata, y todos ellos buscan eliminar el problema obstructivo que provoca la próstata al vaciamiento de la vejiga. 

De manera global la próstata se aborda quirúrgicamente por vía endoscópica; es decir, a través de la uretra o por vía abdominal, bien por cirugía abierta, laparoscópica o robótica. La elección del tipo de técnica dependerá del tamaño de la próstata y de las posibilidades de poder elegir entre diferentes tecnologías o energías (laser, energía eléctrica, vapor de agua a alta presión…) que llegan a destruir el tejido prostático de manera diferente. Además, “existen otros procedimientos menos invasivos que separan los lóbulos prostáticos con un sistema de anclaje a la cápsula, lo que permite el paso de la orina a través de la uretra prostática”, concluye.