“Invertir en startups es una posibilidad para obtener una alta rentabilidad si se está dispuesto a asumir un alto riesgo. Las empresas emergentes son compañías innovadoras que buscan resolver problemas o cubrir necesidades, y por ello tienen un alto potencial”, señalan los expertos de Banco Santander. El conjunto del ecosistema español de startups sigue creciendo y se estima que ya representa un valor de 93.000 millones de euros.

¿Quién puede invertir en ellas? ¿Qué ventajas tiene? ¿Cuáles son las diferencias con otras formas de inversión? ¿Cómo escoger las mejores oportunidades? A través del portal Santander Impulsa Empresa, un espacio para estar al día con información sobre los temas más relevantes y con claves para los negocios, la entidad explica todo lo que hay que conocer antes de tomar la decisión de colocar el dinero para financiar el crecimiento de una startup. 

“Toda persona con un mínimo de capacidad económica puede invertir en ellas, aunque algunas formas de inversión (como ciertas rondas de financiación) exigen cantidades mínimas o un número máximo de inversores. Cada modelo de financiación es único”, afirman desde el banco. Desde familiares o amigos cercanos (a veces sin demasiados conocimientos financieros) que ayudan a emprender o los conocidos como business angels, inversores con experiencia que invierten su dinero particular y, en ocasiones también sus conocimientos y red de contactos; hasta el mecanismo del crowfunding directo, plataformas de financiación colectiva gracias a la suma de las aportaciones de diferentes inversores; los fondos de capital riesgo, que invierten el dinero de terceros, entre ellos particulares, y que a menudo emiten paquetes con fracciones de varias empresas en fase de desarrollo para diversificar riesgos; o los fondos de capital semilla, que entran en fases más tempranas y, por tanto, con más riesgo asociado. 

Elevada rentabilidad-elevado riesgo 

Entre las ventajas de invertir en startups destaca la elevada rentabilidad potencial, sin olvidar la oportunidad y satisfacción de formar parte de proyectos innovadores, algunos de especial relevancia para el futuro. Por el contrario, la mayor desventaja es el nivel de riesgo asociado a la inversión. A diferencia de otros mercados, como el de acciones, el de renta fija e incluso el inmobiliario, la inversión en startups es ilíquida, es decir, no es fácil recuperar el capital y, a veces, ni siquiera existe una forma de hacerlo. Además, el valor es poco estable y puede sufrir alta volatilidad; existe elevada asimetría, lo que significa que hay una pequeña posibilidad de que las ganancias sean enormes y una alta posibilidad de perderlo todo; y tiene un plazo de inversión indeterminado, aunque lo más probable es que sea largo.

“La rentabilidad de una startup depende de un alto número de factores, haciendo que el análisis de mercados de inversión en empresas emergentes sea extraordinariamente complejo”, aseguran los expertos del Santander.

Por dónde empezar

El primer paso es definir el perfil de inversión: cantidad máxima, riesgo a asumir y sector. De esta forma, según la entidad, “es posible descartar buena parte de las opciones”. Seguir las noticias de los mercados y estar al tanto también ayuda a olvidarse de algunos sectores y a ser consciente del riesgo. “Conviene hacer un análisis de la economía propia para ese nivel de riesgo”. 

Una vez realizada esta criba, y con algunas empresas ya seleccionadas conforme a nuestro perfil, hay que tener en cuenta otros factores antes de tomar la decisión final. Por ejemplo, el compromiso, la experiencia y los conocimientos del equipo fundador, lo que nos permitirá conocer si “son suficientes para ser resilientes al abandono de algún miembro”; conocer el producto o el servicio que van a lanzar y plantearse si tiene sentido, si es el momento adecuado, si soluciona algún problema…También conviene analizar el mercado objetivo, si existe o hay que crearlo, cuál es la competencia o si hay ya productos o servicios similares que pueden ser sustitutivos. “Por descontado, estas no son las únicas preguntas pero, de nuevo, ayudan a descartar opciones”.

Por último, llega el momento más complejo: encontrar las startups de éxito. Aunque no hay ninguna garantía, si podemos encontrar algunas pistas que nos ayuden a confiar en un modelo de negocio.  Un premio ganado, si han participado en aceleradoras (seleccionan candidatos con unas métricas muy exigentes) o si cuentan con un business angels detrás (es decir, un inversor experto y con experiencia) pueden ser buenos indicadores.