Sin embargo, “está aumentando la prevalencia de otras enfermedades, entre las que destaca la enfermedad cardiovascular”, afirma el Dr. Vicente Estrada, investigador de este equipo y responsable de la Unidad de Infecciosa-VIH del Hospital Clínico San Carlos. “Se ha demostrado que una persona con VIH tiene casi el doble de posibilidades de sufrir un infarto que una persona de la misma edad sin VIH”, explica.
Una de sus últimas líneas de trabajo se ha centrado en investigar la funcionalidad de las partículas de colesterol HDL, principales responsables de evitar la acumulación de colesterol en los vasos.
“Nuestros resultados demuestran que los pacientes con VIH muestran una alteración de los mecanismos de reparación del daño vascular que podría explicar el desarrollo de la arteriosclerosis prematura que les caracteriza. El tratamiento antirretroviral, aunque normaliza los valores virales e inmunológicos, no restituye estos mecanismos”, aclara la Dra. Dulcenombre Gómez Garre, investigadora del equipo y responsable del Laboratorio de Biología Vascular del Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos.

Futuro tratamiento
Los avances de estos expertos, que continúan buscando apoyos para poder seguir con sus investigaciones, podrían estar cerca de dar con la clave que favorezca el tratamiento de la enfermedad cardiovascular en estos pacientes y quizá la elaboración de una futura vacuna. “Actualmente, tenemos identificada una proteína viral que podría ser responsable de este aumento de enfermedad cardiovascular y creemos que podría ser una firme candidata a diana terapéutica”, informa la investigadora.

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