En Agosto de este año, Michel Temer se hizo con el cargo de la presidencia del país, en sustitución de
Dilma Roussef. La expresidenta fue destituida por el Congreso tras ser declarada culpable de maniobras para ocultar el mal estado de las cuentas públicas del país. Y esta es la primera privatización de una empresa desde el cambio de Presidente.
La única empresa que presentó oferta por la compañía brasileña fue Enel, que distribuye energía en el estado de Goiás, situado en el centro del país brasileño. La prima fue del 28,03% respecto al que exigía el Gobierno por el 94,84% de las acciones de la empresa, afirma el diario Expansión.
El grupo Celg estaba controlada en un 50,93% por el grupo estatal Electrobas, mayor empresa eléctrica del país y el Gobierno de Goiás, el regional, controlaba el 49%.
Hubo un intento anterior para privatizar Celg, pero ninguna empresa se interesó, por ello las condiciones se modificaron y además se redujo el precio mínimo para conseguir un atractivo mayor por la oferta.
La venta de Celg está considerada como un primer test para medir el interés del mercado, debido a que el Gobierno pretende privatizar 6 filiales más de Eletrobrás, según ha afirmado el diario Expansión.