Esta subasta, junto a la del jueves, es la primera que se hace en el mes de agosto desde el año 2002. Y, de momento, no está resultando mala para el Estado. En total prevé captar hasta 7.000 millones de euros para cubrirse, según dicen varios medios, del posible impacto de las elecciones y la subida de tipos en EEUU.
El Tesoro no suele celebrar esta emisión porque la demanda se reduce sobremanera como consecuencia del período estival. Sin embargo, como hay apetito, ha decidido celebrarla. En concreto hoy ha colocado 5.460 millones de euros en letras a seis y doce meses - en la parte alta del rango establecido entre 4.500 y 5.500 millones de euros
- a un tipo de interés menor que el de la anterior subasta.
E incluso negativo. Porque, en el caso de las letras a seis meses, el efectivo colocado ha sido por 640.000 euros a una rentabilidad media del -0.014%, desde el 0,021% de la anterior subasta. Con una demanda de 5,6 veces la oferta de colocación. Por encima de la subasta previa.
En el plazo de doce meses, la colocación ha sido por 4.820 millones de euros, con una rentabilidad que también cae hastael 0,024%, frente al 0,11% anterior, y una demanda de 1,7 veces.
En la subasta del próximo jueves, el organismo pretende captar entre 1.500 y 2.500 millones con bonos que vencen en 2018, 2024 y 2025. (3,9 y 10 años). En total, el Tesoro ha captado 100.100 millones de eursos con bonos a largo plazo, que supone el 70,5% de las necesidades previstas para este año. Con el mercado dando por hecho que se subirán tipos de interés en septiembre en EEUU, con la consecuente inestabilidad que esto provoca, y las elecciones generales en el último trimestre, son argumentos suficientes para que el Estado haya llevado a cabo esta decisión de acelerar las emisiones en agosto.
Más si tenemos en cuenta que las condiciones del financiación han mejorado a raíz de que el BCE ha implementado su programa de compra de deuda.