Para ello, además de “protocolo, comitiva y seguridad”, vienen armados de diversos Power Point, con unos cuadritos muy monos. Se llenan la boca de porcentajes de rebajas. Con lo que, como si estuviéramos en el mismísimo Corte Inglés, solo hemos de fijarnos en el doble etiquetado, para cuantificar la cantidad de dinero que nos vamos a ahorrar.

Cuando ven que empiezan los bostezos, anuncian un receso hasta el lunes. Vuelta a empezar con más de lo mismo. Así Montoro, como si fuera el mismísimo David Copperfield, vuelve a jugar con cifras y medias verdades.

Para terminar dibujando un mapa de España, configurada casi como un paraíso fiscal.
Pero hete aquí, que yo aprendí a jugar al mus con mi abuelo. Y por tanto soy un fiel seguidor sus consejos. Entre ellos, destacaba uno que soltaba de cuando en cuando:

- Hijo, cuando estés jugando una partida y no encuentres al pardillo, suelta las cartas, acércate al baño y mírate al espejo. En ese momento, lo hallarás frente a ti.
Con lo que, una vez que regresé de mi “espejil” visita, pude observar a voto pronto que:

- Sube la tributación por los alquileres de la vivienda.
- Disminuye la reducción por ingresos generados en períodos superiores a un año.
- Se eliminan la deducción de un 5 % por gastos de difícil justificación en actividades económicas.
- Desparece la exención de tributación de dividendos para los primeros 1.500 euros.
- Se ha de tributar por la indemnización por despido, con una mínimo exento de 2.000 euros por año trabajado. Hasta ahora, estas exenciones estaban exentas en su totalidad.
- Se limitan a 8.000 euros al año, las aportaciones máximas a planes de pensiones, por los 10.000 euros que se podían aportar hasta ahora.

A cambio:
- Se reducen los tramos y tipos en el IRPF y en Sociedades.
- Se crea una ayuda a familias numerosas o con discapacitados de 1200 euros.
- Se reducen la tributación en el ahorro.
- Se declara exenta la plusvalía que ocasiona la dación en pago de vivienda.
- Se reducen las retenciones de determinados trabajadores por cuenta propia del 21% al 15%.

Por resumir, primero te quito 5, luego te devuelvo 4 y te digo que me des las gracias. Nada que no nos sorprenda, puesto que lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.
Que la fuerza os acompañe.