
Seguro que alguna vez has tomado durante una temporada suplementos vitamínicos porque has visto en la televisión que te pueden ayudar a reforzar tus defensas en invierno, o bien porque son buenos para tu piel y tu pelo, sin haberloconsultado previamente con un profesional sanitario. Hay que tener mucho cuidado porque, aunque en los últimos años ha aumentado su consumo, éste no siempre es seguro.
“En los últimos años, el consumo de suplementos vitamínicos ha aumentado considerablemente. Muchas personas recurren a ellos para mejorar su salud, aumentar su energía o prevenir enfermedades. Sin embargo, existe mucha desinformación al respecto”, advierte en este sentido Ana Fraile Oliva, Nutricionista en Quirónprevención.
Es por ello por lo que esta especialista aborda los principales mitos que rodean en torno a los suplementos vitamínicos. En primer lugar, hace referencia a uno de los que ahora está más de moda, que es el colágeno. “No es cierto, pese a la creencia popular, que el colágeno en suplementos rejuvenece la piel y mejora las articulaciones de forma milagrosa”, destaca.
Subraya precisamente que el colágeno es una proteína que el cuerpo descompone en aminoácidos durante la digestión y, aunque algunos estudios sugieren que ciertos tipos de colágeno hidrolizado pueden ayudar a mejorar la elasticidad de la piel y la salud articular, sus efectos no son inmediatos ni milagrosos. “Una dieta rica en proteínas, vitamina C, zinc, y cobre también favorece la producción natural de colágeno”, afirma Fraile Oliva.
Es más, sostiene que los suplementos vitamínicos pueden ser aliados útiles en momentos puntuales, pero no sustituyen a una alimentación variada y equilibrada: “Antes de tomar cualquier suplemento es fundamental consultar con un profesional de la salud que pueda evaluar las necesidades individuales y recomendar la mejor opción. Recuerda: la base de una buena salud sigue siendo una dieta saludable, la práctica regular de ejercicio, y hábitos de vida equilibrados”.
Una dieta saludable, principal aliada
Precisamente, la especialista en nutrición lamenta que hoy en día muchas personas crean que por tomar suplementos vitamínicos deban despreocuparse de su alimentación, cuando esto no es así. “Los suplementos vitamínicos no pueden reemplazar a una dieta equilibrada. Los alimentos proporcionan una amplia gama de nutrientes, fibra, y compuestos bioactivos que los suplementos no pueden replicar. Es importante priorizar una alimentación variada y saludable, y considerar los suplementos sólo cuando hay una deficiencia diagnosticada o recomendación médica”, mantiene.
De hecho, otro mito súper extendido es que cuantas más vitaminas se tomen, mejor, si bien la especialista de Quirónprevención avisa de que un exceso de ciertas vitaminas, especialmente las liposolubles (A, D, E y K), puede ser perjudicial para la salud.
“Consumir dosis muy altas puede provocar toxicidad y daños en órganos. Siempre es importante seguir las dosis recomendadas y consultar a un profesional antes de iniciar la suplementación”, reitera.
Es más, son muchos los que consideran que “todos necesitamos suplementos de vitamina D y B12", cuando en realidad, tal y como explica Fraile Oliva, la necesidad de suplementación de vitamina D depende de la exposición solar, de la dieta, y de ciertos factores individuales. “Por otro lado, la vitamina B12 suele recomendarse a personas veganas o con problemas de absorción. En ambos casos, es fundamental basarse en análisis clínicos y asesoramiento médico”, agrega.
Mucho cuidado con los productos "naturales"
Además, otra creencia muy compartida entre los españoles es que si se trata de suplementos naturales serán siempre seguros, cuando esto no es así, tal y como argumenta: “Que un producto se etiquete como ‘natural’ no garantiza su seguridad ni eficacia. Algunos suplementos pueden interactuar con medicamentos o tener efectos secundarios. Por ello, es fundamental consultar con un especialista antes de incorporarlos a la rutina diaria”.
Pero también son varios los que defienden que al hacer deportees necesario tomar suplementos vitamínicos, algo que no es cierto, según prosigue la especialista, puesto que “la mayor parte de las personas activas pueden obtener todas las vitaminas y minerales que necesitan a través de una alimentación equilibrada”.
Eso sí, puntualiza que sólo en casos específicos, como entrenamientos de alta intensidad o carencias nutricionales, se recomienda la suplementación, pero “siempre bajo supervisión profesional”.
Y otro ‘punto caliente’ ahora muy de moda es el tema de los probióticos, sobre el que esta especialista indica que no son necesarios para todas las personas, y sólo en casos concretos, como tras un tratamiento prolongado con antibióticos o en ciertas alteraciones como la enfermedad de Crohn, el síndrome de intestino irritable o la inflamación intestinal.
“Sin embargo, no todas las personas necesitan tomarlos. Además, no todos los probióticos son iguales: sus efectos varían según la cepa y la dosis. Antes de consumirlos es importante valorar si realmente son necesarios y cuál es el más adecuado para cada situación, como siempre de la mano de un especialista”, concluye.

