Nosotros mantenemos nuestra visión de una mayor depreciación del Yuan en los próximos meses, pudiendo alcanzar niveles de 7.2 en su cruce frente al USD en un año. ¿Por qué? No es complicado: las intervenciones del Banco Central en el mercado de cambios pueden, en mi opinión, amortiguar la caída pero no impedirla. La salida de capitales desde China puede ser una combinación de desconfianza económica internacional y progresiva apertura de la inversión doméstica hacia el exterior. Dicho esto, también consideramos que el tipo de cambio del Yuan se acerca a su nivel de equilibrio. Pero el componente cíclico y la incertidumbre internacional pueden explicar una moneda depreciada. Y esto es lo que pensamos que puede suceder en el futuro próximo.
 
Todo lo anterior, además, resultando necesario para las autoridades chinas tengan más margen de maniobra a nivel interno para enfrentarse de verdad al principal riesgo: un shock de crédito. Elevada deuda acumulada y ajuste de modelo de crecimiento con menor inversión frente al consumo, exige unas condiciones financieras favorables. De esto sabemos mucho las economías desarrolladas que venimos inmersas en un proceso de desapalancamiento en el que ha tenido un protagonismo importante la flexibilidad de la moneda. La aparente contradicción actual entre drenaje de yuanes en el mercado de cambios e inyección en el de crédito no puede mantenerse de forma indefinida. Pero, también, es importante que el ajuste en la valoración del Yuan no acentúe las tensiones y desconfianza. Algo francamente complicado de lograr en un entorno internacional tan sensible como el actual. Sí, poco a poco.
 

 
Seguimos echando en falta una mayor expansión monetaria desde el Banco Central de China, en términos de tipos y crédito. Y pensamos que el objetivo a corto plazo de estabilidad en la divisa dificulta que se puedan adoptar medidas más contundentes que realmente permitan un aterrizaje ordenado de la economía. Le pedía recientemente el FMI a las autoridades chinas que fueran más transparentes y decididas sobre la estrategia a seguir en el futuro para luchar contra los desequilibrios. Sin duda, es una buena recomendación.