Alma Consulting Group, consultora líder en la optimización de costes a través de la fiscalidad, participa en el día de hoy en el I Foro de Negocios España Francia organizado por la Cámara Franco-Española de Comercio e Industria. Ante la actual coyuntura económica, la exportación está siendo la opción elegida por las empresas españolas para continuar desarrollando negocio. En este sentido, España es el sexto inversor en el país galo, empleando a más de 46.000 profesionales. Los tres sectores de crecimiento detectados en Francia y con potencial de negocio para las empresas españolas son a día de hoy: el E-commerce, el Aeronáutico y el Alimentario. Para ayudar a aquellas empresas que desean implantarse en Francia y exportar allí sus productos, se han celebrado en el I Foro de Negocios España Francia tres conferencias sectoriales con experimentados ponentes, proporcionando a los asistentes la información práctica, necesaria para el desarrollo de negocio en el mercado francés.

Samuel Botija, Consultor Senior de Financiación de la Innovación en Alma Consulting Group, ha participado en el bloque del sector Aeronáutico, junto a Mario López de las Barreras, Relaciones Institucionales España de Airbus, Jesús Prieto, Presidente de CT Ingenieros, e Ignacio Peña, Responsable Comercial Actividad Aeronáutica de Thales, desgranando la fiscalidad de la innovación en el sector Defensa.

“Frente al drástico descenso del consumo nacional, las empresas del sector Defensa están reorientando su actividad económica hacia el desarrollo de nuevas tecnologías, apostando por la internacionalización”, ha declarado Samuel Botija. Por el alto contenido tecnológico que ha adquirido el sector en los últimos años, la generación de conocimiento y valor añadido encuentra su espacio en toda la cadena de valor, tanto en la fabricación de dispositivos terrestres como en naves y aeronaves, así como en los equipos destinados a la guerra electrónica o actividades transversales de logística y mantenimiento militar. “En este marco de búsqueda de la innovación,- prosiguió Samuel Botija-, adquiere especial relevancia para las empresas del sector conocer el dispositivo fiscal existente y aplicarlo de manera sistematizada para rentabilizar al máximo sus proyectos de I+D+i”.

En España, tras diferentes modificaciones de la normativa fiscal, el gasto en actividades catalogadas como de I+D+i es deducible en el impuesto de sociedades entre un 12% y un 42%, en función de la naturaleza de las mismas. En comparación con los países del entorno europeo, España dispone de una de las normativas fiscales más favorables a la innovación, y más aún con la reciente aprobación de la Ley de Emprendedores, que amplía su límite máximo de aplicación con la incorporación del denominado sistema cash back. Así por ejemplo, frente al tipo máximo del 42% de deducción, el porcentaje llega únicamente al 30% en Francia, 37% en Reino Unido, o directamente no existe deducción fiscal aplicable, como en Alemania o Finlandia, países con un gasto en I+D empresarial históricamente relevante.

Por el contrario, si se observa la eficacia de este dispositivo y su efecto práctico en el tejido productivo español, la cifra de declarantes alcanzaba únicamente un 2% en 2011, lo que refleja un impacto muy reducido  comparado con: el 18%, 17% y 11% de Francia, Holanda y Bélgica, respectivamente. Este escaso efecto empresarial parece deberse no tanto a la intensidad teórica del dispositivo español, sino fundamentalmente a su aplicación práctica: para que las empresas encuentren un beneficio fiscal efectivo es requisito imprescindible que generen beneficios y que la cuota del impuesto pueda absorber el crédito de impuesto generado.

DEDUCCIONES FISCALES I+D+i: Comparativa Francia-España

País

España

Francia

Holanda

Bélgica

Gasto privado en I+D(*)

7.396

28.496

6.416

5.072

Gasto privado en I+D+i (*) (**)

14.756

28.496

6.416

5.072

Presupuesto de beneficios fiscales(*)

222

5.000

1.085

555

Retorno fiscal

(Beneficio Fiscal/Inversión en I+D+i)

2%

18%

17%

11%

(*) Datos en millones de euros

(**) El concepto de innovación (i) solo se considera hasta el momento en el sistema fiscal español.

 

Fuente: Elaboración Propia a partir de datos de Eurostat y Leyes de Presupuestos Generales de los diferentes países, para el ejercicio 2011.

 

Frente a esta restricción, que se acentúa en ciclos económicos negativos como el actual, países como Francia han habilitado mecanismos correctores de alto impacto, como es el caso del llamado cash back, que permite a las empresas solicitar a su Hacienda Pública la devolución del crédito fiscal generado, a pesar de que su cuenta de resultados presente números rojos. Se espera que la introducción del cash back en la normativa fiscal española contribuya a aumentar el impacto fiscal de las deducciones por I+D+i.

 

Adicionalmente a la aplicación de las deducciones fiscales por I+D+i o solicitud de retorno cash back, las empresas españolas disponen de una interesante opción para mejorar su posición competitiva, incrementando la relación comercial con sus vecinos franceses. El Ministerio francés de Educación e Investigación solo permite deducir, de entre las actividades subcontratadas por una empresa, aquellas encargadas a proveedores tecnológicos que hayan obtenido una certificación como proveedor de servicios de I+D frente a dicho Ministerio. Ello abre a las empresas españolas del sector Defensa que quieran participar por encargo en proyectos dirigidos por compañías galas, la opción de acreditarse, y como proveedor tecnológico, obtener una buena posición competitiva en aquel mercado.

 

Esta opción adquiere un interés incluso mayor si, además del aumento del mercado potencial, se tienen en consideración las directrices de la Dirección General de Tributos[1] que declaran deducibles las actividades de I+D+i realizadas por una empresa española en su impuesto de sociedades, aun cuando tales actividades hayan sido encargadas por otra empresa no residente en territorio español. El interés por la participación en este tipo de proyectos internacionales se acrecienta por tanto, si a las consideraciones tecnológicas y de mercado se añaden las de tipo fiscal.

 

Mediante la obtención del Certificado francés como proveedor de servicios de I+D, se abre una nueva puerta a la internacionalización de aquellas empresas y Centros Tecnológicos privados españoles, en condiciones de ofrecer sus servicios de I+D a empresas del mercado francés. El certificado se solicita para una duración máxima de 3 años, renovable, hasta el 30 de junio de cada año. Alma Consulting Group puede encargarse de todo el procedimiento. Además de ser una compañía francesa, cuenta con más de 28 años de experiencia en la tramitación, gestión y obtención del Certificado francés como proveedor de I+D. Está en contacto directo con el Ministerio francés de Investigación y cuenta con un equipo de expertos bilingües multidisciplinares (juristas, fiscalistas, ingenieros, etc.), que garantizan el desarrollo de este tipo de proyectos. Desde la elaboración de toda la documentación técnica y administrativa requerida en base a la normativa francesa y de su traducción al francés, la presentación telemática de la solicitud ante el Ministerio de la Enseñanza Universitaria y de la Investigación, hasta el posterior seguimiento del avance de la evaluación del expediente y renovación de dicho certificado, en el caso de que sea requerido por la empresa.

 

Por último, las ventajas fiscales no acaban cuando el proyecto llega a los mercados. Nueve países, entre ellos España[2], han adoptado el incentivo denominado Patent-Box, que fomenta el desarrollo y cesión de conocimientos de alto valor añadido, principalmente de tipo industrial pero también de marketing u organizativos, de las empresas residentes en sus territorios. Este incentivo completa el ciclo de ayudas fiscales a la I+D+i, en la medida en que el fruto de los proyectos innovadores realizados puede, además de ser empleado para generar actividad económica y ampliar mercados,  ser cedido a otras empresas para generar ingresos –royalties–, que mediante este incentivo tributan únicamente al 10% en el impuesto de sociedades.

 

De esta manera, una empresa española del sector Aeronáutico que desarrollara una nueva línea de piezas o dispositivos de alto contenido tecnológico podría deducirse en su impuesto de sociedades hasta el 42% de sus gastos de desarrollo hasta el momento de lanzarlos al mercado, momento a partir del cual podría ceder su uso a terceros a cambio de royalties que tributarían únicamente al 10%.

 

Es sólo un ejemplo de lo que el dispositivo fiscal español puede aportar a las empresas de un sector como el de Defensa, en su afán por potenciar la competitividad del tejido industrial y generar actividad de alto valor añadido para el sector. Por todo ello, la apuesta por la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías es el mejor camino en estos momentos para el sector Defensa español. El objetivo no debe ser otro que la consecución del nivel tecnológico y capital humano necesarios para que las empresas españolas participen en la toma de decisiones de los grandes programas de defensa europeos, en lugar de hacerlo en las últimas etapas de este tipo de proyectos. Para ello, una gestión sistematizada de los proyectos de I+D+i es una de las claves para maximizar la rentabilidad de las inversiones y contribuir así a la instalación de las empresas españolas en primera línea del sector a nivel internacional.

 

Alma CG

Empresa líder en Europa, experta en la optimización de costes a través de la fiscalidad desde hace más de  28 años. Además de tener oficinas en España, en Madrid y Barcelona, también está presente en Bélgica, Canadá, Francia, Hungría, Polonia, Portugal, República Checa y Reino Unido. Alma CG está especializada en la búsqueda de ahorro para sus clientes, en la totalidad de los costes que impactan en la cuenta de resultados. Actualmente dispone de más de 100 áreas de negocio complementarias en España y a nivel internacional, entre las que se encuentran: la financiación de la innovación; optimización de la fiscalidad local, optimización de los gastos generales, etc. La filosofía es la remuneración basada en el resultado conseguido, y todo ello sin ningún tipo de riesgo ni cambios organizativos para sus clientes. Alma CG cuenta con una plantilla formada por  1.300 empleados, una facturación de 208 millones de euros en el año  2012 y más de  16.500 clientes de todos los sectores de actividad.

 

 

 



[1] CV 29-10-98; CV 15-6-99

[2] Bélgica, China, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Holanda, Suiza, Reino Unido y España