MADRID, 02 DIC. (Bolsamania.com/BMS) .- Cuando un premio Nobel de Economía habla, como mínimo, hay que prestar atención. Es normal, por tanto, que si el recién galardonado Robert Shiller le ha dicho a la prestigiosa revista alemana Der Spiegel que “el mundo aún es muy débil y muy vulnerable a las burbujas”, sus declaraciones hayan desatado aún más este temor. El concepto de “burbuja” campa a sus anchas por los mercados desde hace semanas, al calor de las fuertes subidas que han protagonizado las bolsas, sobre todo, Wall Street. El principal índice del mundo, el S&P 500, se despedía el viernes del mes de noviembre dejando atrás su mejor racha alcista desde 2004. “No escucho aún las alarmas”, reconoce Shiller, “pero en muchos países los niveles en el precio de las acciones son altos, y en muchos mercados inmobiliarios los precios se han disparado bruscamente, y esto podría acabar mal”.

Detrás del optimismo de los inversores, que de momento se impone a los temores de los agoreros, están los bancos centrales. Esto tampoco es nada nuevo, pero ayuda a entender por qué no hay miedo a la burbuja. Si hay un pilar claro que sostiene a las bolsas, en este caso el programa de estímulos de la Reserva Federal (Fed) y unos tipos de interés ultra bajos, no hay burbuja, porque las burbujas son irracionales. Ya lo decía hace unas semanas con mucho acierto el trader Michael Sincere en las páginas de Market Watch: “Para crear una burbuja, es necesario un comportamiento irracional y, en este momento, falta eso”; y añadía con mucha lógica también: “La idea es que una burbuja es un secreto hasta que estalla. ¿Cree usted que las burbujas avisan?”. Como sentencian hoy los expertos de Bankinter, éste es un “mercado claramente soportado” por “el apoyo de los bancos centrales y la recuperación del ciclo en los países desarrollados”.

Además, ha comenzado diciembre y otro fenómeno del que todos los inversores, analistas y periodistas hablan es el Rally de Santa Claus. Y, si hay rally de Navidad, ¿no se inflaría más la supuesta burbuja? Son pocos los que creen que este último mes del año será exageradamente alcista, porque son muchos los que comparten la idea de los expertos de Bankinter sobre que “más que un rally, esta es una tendencia alcista lineal y saludable”. Creen desde el banco que el tramo final del año no se caracterizará por un rally especialmente rápido y volátil, “sino por una tendencia alcista más lineal y consistente. Asimismo, la recuperación en España y las buenas perspectivas para el consumo en Alemania deberían generar una cierta asimetría favorable para el Dax y el Ibex, frente al resto de índices europeos como el Cac y el Mibtel”.

Para Michael Hewson, analista jefe de mercados de CMC, el “gran problema” que tiene este mercado alcista, ya sea rally o burbuja, es que no hay catalizadores que puedan propiciar una recogida de beneficios masiva, “porque las bolsas se muestran indiferentes a cualquier noticias negativa desde hace semanas”. Y esto es una mal noticia porque Hewson es de los que cree que no es saludable, volviendo al adjetivo que emplean en Bankinter, que el S&P sume los siguientes hitos: cerrar de nuevo en máximos históricos el viernes, subir durante ocho semanas consecutivas y registrar sólo dos saldos mensuales negativos en lo que llevamos de 2013, que es casi todo.

Lejos de extenuarse, los inversores de la bolsa de Nueva York han vuelto tras las fiestas de Acción de Gracias descansados y con pocas ganas de tomarse un respiro, aunque sí algo tranquilos. Mientras, en Europa, también impera la calma en el arranque del último mes del año. Las plazas del Viejo Continente han cerrado la sesión del lunes con con tímidas ventas del 0,15%. El segundo índice más bajista (tras Italia) ha sido el Ibex 35, que ha caído un -0,94%, hasta los 9.745,50 puntos. El selectivo español ha perdido a primera hora el nivel psicológico de los 9.800 puntos, un número sólo “bonito y redondo”, como siempre comenta el analista técnico de Bolsamanía, José María Rodríguez, quien además sitúa la primera zona de soporte en los 9.740-9.750 puntos (justo donde hoy ha cerrado).

María Gómez