MADRID, 07 NOV. (Bolsamania.com/BMS) .- El titular de este cierre es la pregunta del millón tras la jornada de hoy, aunque la verdadera recompensa del millón sería conocer la respuesta. Riesgos de deflación, un euro demasiado fuerte que hace menos competitivo al continente, bancos aún débiles que no prestan, una economía real que no remonta y provoca niveles de desempleo... A pesar de que en los últimos meses los “brotes verdes” han crecido “como setas”, los argumentos que han llevado al equipo de Mario Draghi a rebajar los tipos de interés en la Zona Euro hasta mínimos del 0,25% pueden ser cualquier de ellos o todos a la vez.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE) no reconoce con esas palabras concretas que la situación sea tal porque, entre otras cosas, sus declaraciones son cruciales para los inversores. Y si no, que se lo digan a aquellas “23 palabras mágicas” del verano del año pasado conocidas como el “whatever it takes” que propiciaron un giro de 180 grados en el comportamiento de los mercados tanto de renta variable como de deuda. Pero Draghi tampoco miente. Hoy ha sorprendido al mercado con un recorte en los tipos de interés que debería, o bien propiciar una recuperación que aún no existe, o potenciar la ya incipiente. Esté el vaso medio lleno o medio vacío, la decisión del BCE de hoy demuestra que en el seno de la autoridad monetaria europea aún creen que deben hacer más para que la actividad remonte.

Este recorte de tipos ha sido, en realidad, una sorpresa a medias, porque en las últimas semanas, grandes bancos de inversión como JP Morgan o Bank, UBS of America Merrill Lynch ya habían vaticinado este movimiento de un Mario Draghi que, a diferencia de su predecesor, el francés, Jean-Claude Trichet, “es increíblemente imaginativo e innovador, aunque no disponga de armas lo suficientemente grandes”. Así le ha descrito en Bloomberg Kit Juckes, estratega de Société Générale, que reconoce que el banquero central italiano le infunde “un gran respeto”.

El argumento para explicar esta rebaja de tipos que más se repite entre los expertos es del riesgo de deflación. Los últimos datos de inflación de la Zona Euro demostraron que los precios apenas subieron un 0,7%, muy por debajo del objetivo del BCE que se sitúa en el 2%. Draghi no baraja esa deflación, pero sí reconoce un largo periodo de baja inflación, o sea, de desinflación. En Barclays tienen claro que ha sido esto lo que ha motivado el recorte: “El movimiento se produce por la debilidad de la inflación, porque el BCE probablemente no se siente cómodo con esos niveles de precios”.

Marie Diron, economista senior de Ernst & Young, también lo cree: “El BCE ha actuado claramente por la baja inflación”. Cree que se trata de una buena noticia aunque reconoce que tiene un impacto limitado sobre los costes de financiación y la actividad económica. No obstante, “la ausencia de respuesta ante esos niveles de inflación sería potencialmente peligrosa, porque podría haber fortalecido más al euro”.

La moneda única es otro de los factores que podrían haber provocado esta “medio” sorpresa. Draghi lo ha negado tajantemente con un “los tipos de cambio no son un objetivo de nuestra política”, pero el mercado sabe que un euro tan fuerte como el de los últimos meses dificulta que la región gane competitividad. Carsten Brzeski, economista de ING, menciona en Reuters las dos razones, euro e inflación, y también menta a Trichet: “Los riesgos de deflación y un euro más fuerte parecen haber motivado la decisión. Es obvio que el presidente Draghi es mucho más proactivo que cualquiera de sus predecesores”.

El estratega de Citi en España, José Luis Martínez Campuzano, añade a estos argumentos el débil crecimiento, reconocido por el propio Draghi: “En este sentido, no sólo han recortado los tipos, sino que ha ofrecido repos a tres meses hasta julio de 2015 sin límite de cantidad a tipo fijo” para los bancos, las famosas barras libres de liquidez (LTRO por sus siglas en inglés). Para este experto, uno de los mensajes interesantes es que, a pesar del recorte, el presidente del BCE ha reiterado el guidance de que “los tipos seguirán en estos niveles o más bajos durante un periodo prolongado de tiempo”. Draghi también ha repetido el “todas las opciones están abiertas” sobre más medidas futuras.

Esta respuesta no está de más, porque aquellos, y eran la mayoría, que no apostaban por un recorte de tipos ahora, empleaban entre sus argumentos que el BCE no querría quedarse sin balas tan pronto. Pues bien, ya hay voces que advierten sobre la pérdida de munición: “Ahora que el tipo de interés se encuentra en un límite, se plantea la cuestión de cómo va a reaccionar el BCE el año que viene si el crecimiento o la inflación no se materializan”, advierte en Bloomberg Andrew Bosomworth, de PIMCO.

El cuándo no solo era algo que enfrentaba a los analistas que configuran el consenso del mercado, sino que ha sido un motivo de disputas en el seno del propio BCE. Lo ha dicho el mismo Draghi: “Todos estábamos de acuerdo en la necesidad de actuar, pero ha habido diferencias sobre el cuándo actuar”.

Donde sí ha habido unanimidad ha sido en la reacción de los inversores, aunque una unanimidad de lo más volátil. Las bolsas europeas reaccionaban con importantes subidas cuando se ha conocido la decisión del BCE pero, apenas una hora después, se desinflaban con el mismo ímpetu. Al cierre, las principales plazas del Viejo Continente han terminado con caídas del 0,40% de media (el Dax ha conseguido terminar con alzas), mientras que el Ibex 35, que ha llegado a reconquistar los 10.000 puntos al calor de la sorpresa de Draghi, ha acabado en los 9.740,40 puntos, tras dejarse un 0,98%. A José María Rodríguez, analista técnico de Bolsamanía, no le gusta la figura de ida y vuelta de hoy en el selectivo: “Es fea. Se ha acercado a los máximos anuales (10.064 puntos) y desde allí se ha girado con contundencia a la baja. Me hace pensar que en los próximos días goteemos a la baja, con primer soporte en los 9.665 (mínimos de la semana pasada) y, por debajo, los 9.400 puntos”.

María Gómez