MADRID, 24 ENE. (Bolsamania.com/BMS) .- “Tienen que cambiar sus políticas. La cuestión es cuándo y cómo”. El ilustre economista Joseph Stiglitz lo tiene claro. En declaraciones a Bloomberg se pronuncia así de tajante después de la agresiva venta de divisas emergentes que se ha producido en los mercados en las últimas horas y que ha propiciado caídas del 2,5% en las plazas europeas. En la madrugada del jueves al viernes de Europa, el peso argentino se ha hundido un 15%, un desplome sin precedentes en una década que de forma inevitable ha recordado a la famosa crisis del “corralito”. ¿Por qué? Podría ser una treta del Gobierno de Cristina Fernández para devaluar su moneda o, si se busca un argumento menos polémico, respondería a que Argentina, como otras economías emergentes, está atrapada en una combinación de fuerte ralentización del crecimiento y aumento de la inflación.
La bolsa española, como la más expuesta a Argentina, ha sido la más perjudicada por la tensión. La conclusión más rápida y sencilla es que la depreciación del peso argentino, provoca que las inversiones en el país sudamericano de firmas como Telefónica, BBVA, Santander, Endesa o Mapfre valgan cada vez menos. Buenos Aires tiene a la divisa intervenida desde hace años, mediante el uso de sus reservas en dólares que crea un cambio entre el peso y la divisa estadounidense ficticio. Hace un par de días, ese uso empezó a ser excesivo y el banco central no ha podido más.
El reflejo en España, el país europeo histórica y empresarialmente más vinculado con Argentina y con Latinoamérica en general, se aprecia mejor con cifras. El Ibex ha caído hoy un 3,64% y ha perdido los 9.900 puntos. El lunes partirá desde los 9.868,9 puntos. Las firmas con negocios en la región se han hundido: Mapfre (-5,95%), IAG (-5,83%), BBVA (-5,14%), Telefónica (-4,55%)... Ningún valor del Ibex 35 ha cerrado en positivo porque, no solo había que mirar a Latinoamérica para reconocer tensiones en las divisas locales, ya que la situación se ha contagiado a otras economías emergentes: Turquía, Sudáfrica, Ucrania...
Antes de que la recuperación de las economías occidentales tras la crisis financiera y soberana se instaurará como un hecho más que como una esperanza, los países emergentes eran los oasis en medio del desierto. Sin embargo, hace ya casi un año, con las primeras referencias sobre un menor flujo de liquidez desde la Reserva Federal, esas economías empezaron a tensarse: “Existe el temor de que haya menos flujos de capital hacia los países emergentes”, reconoce Daniel Pingarrón, estratega de IG Markets, que reconoce una “rotación que sale de los emergentes para volver a la vieja Europa” y menciona en particular a una España que “está de moda”.
A los expertos de Banco Sabadell les preocupa que la negativa evolución de estas divisas retrase la mejora en las estimaciones de beneficios de las compañías españolas. “Es una de las razones por las que recomendamos cautela en los mercados, sobre todo tras la fuerte subida reciente”, explican. Esa subida previa a la que se refieren, obliga a preguntar si la fuerte caída de hoy de verdad es alarmante. Pingarrón responde: “El de las divisas emergentes es un problema importante porque va a lastrar los beneficios por acción de las firmas y podría empeorar el perfil del Ibex”, aunque matiza: “En el caso de que esta situación no se revierta, puede lastrar el potencial del Ibex., pero es reversible”.
En Sabadell no creen que el mercado entre en un escenario de máxima incertidumbre. Además, sus estimaciones de divisas para el cierre de año se encuentran ya próximas a los niveles de cotización actuales por lo que el riesgo estaría reflejándose ya en el mercado. En su opinión, tras analizar los principales países emergentes donde las compañías españolas y europeas tienen exposición, el riesgo lo centran en Argentina, Brasil, Turquía y Venezuela.
BBVA, que además publica sus resultados de 2013 el próximo viernes, genera un 4% de sus ingresos en Argentina; y Venezuela representa un 4% del beneficio por acción (BPA) recurrente. Si algo impacta sobre el banco vasco es que tiene una exposición a Turquía del 7% al BPA. En el caso de Banco Santander genera un 3% de sus ingresos y margen neto en Argentina, pero un 42% de su margen neto llega de Brasil. Para terminar otros blue chips: Telefónica, que genera un 6% de sus ventas en Argentina y un 5% del EBITDA, mientras que Venezuela pesa un 7% del EBITDA; y Repsol con una exposición directa a Argentina por su participación del 12% en YPF y que negocia una compensación con Buenos Aires por el 51% expropiado en forma de un bono argentino a emitir en dólares.
Ha sufrido especialmente hoy Mapfre, que genera un 1,4% de sus primas en Argentina y un total del 26% en toda Latinoamérica. Brasil es el país más importante con alrededor de un 21% de las primas del grupo. Fuera del Ibex, el valor más afectado ha sido Prosegur, que genera un 19% de sus ventas en Argentina y un 29% en Brasil.
De vuelta al selectivo, también impacta este escenario en Dia, que obtiene un 11% de sus ventas en Argentina y un 15% en Brasil; Gas Natural, que tiene contratos de comercialización de gas con YPF aunque nominados en dólares; Abertis, que genera un 19% de sus ventas en Brasil, lo que representa un 14% de su EBITDA; y Arcelor, cuyo 8% de ventas procede de Brasil y un 18% de su EBITDA total viene de Latinoamérica. En Banco Sabadell matizan sobre la acerera que “si bien la devaluación del real tiene un impacto negativo al consolidar el beneficio operativo generado en el país a nivel grupo (en dólares), por el lado contrario tiene un efecto positivo en la competitividad de sus plantas allí, mejorando su situación para exportar (pudiendo tener un impacto positivo en actividad)”. Otros nombres del mercado español afectados son Endesa, Duro Felguera, Codere, NH Hoteles, Meliá Hotels, Prisa o Abengoa.
Basta una foto fugaz de cómo han cerrado hoy las acciones de estas compañías y el Ibex 35 en general para ser conscientes de que el célebre “cuando Estados Unidos estornuda, el mundo se resfría”, se puede hoy reformular con Latinoamérica y España por su eterno vínculo. Sin embargo, Sabadell y Pingarrón llaman a la calma porque, como apunta este último, los resultados empresariales no son el principal catalizador de las bolsas ahora, ya que lo siguen siendo los bancos centrales. Por eso, la semana que viene, cobra especial importancia la reunión de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, en la que se especula con un nuevo tapering de 10.000 millones de dólares. Menos liquidez en los mercados en medio del miedo a que el flujo hacia los emergentes se seque mientras sus divisas sufren.
Con permiso de Banco Santander, el jueves, y BBVA, el viernes, que publican sus resultados anuales, el mercado despedirá el miércoles a un presidente de la Fed que ha lidiado con la mayor crisis financiera del mundo tras el crash del 29. El hombre que una noche crítica para el mundo entero decidió no rescatar Lehman Brothers y convertir a este banco estadounidense de nombre desconocido para el común de los mortales en el referente de la debacle financiera; el hombre que imprimió dólares de manera masiva para sacar a la primera potencia del mundo de la devastación económica. Solo la historia podrá juzgar a un Bernanke que este fin de semana será el último en el que ostente el título de líder de la política monetaria mundial.
María Gómez