La agencia de calificación crediticia reconoció en su calificación que ACS “es una de las mayores empresas de ingeniería y construcción del mundo, que opera en la construcción civil y, de edificios, concesiones, servicios industriales, administración de instalaciones y otros servicios así como una presencia internacional en Norteamérica, Asia Pacífico y Europa”. 

Argumentos a los que se unen la gran dimensión del grupo, la diversidad geográfica, capacidad para implementar proyectos grandes y las bajas barreras de entrada en el negocio de la construcción. Además, la agencia considera que la exposición al riesgo país de ACS es más  bien limitado al operar esencialmente en países desarrollados “donde el marco legal, político y operativo es más estable y predecible que en mercados emergentes”.

Por otra parte, la agencia de calificación indica que los indicadores de apalancamiento de ACS han mejorado en los últimos años, lo que refleja el enfoque de la compañía en la reducción de su deuda. De hecho, en 2016 la constructora consiguió reducir su deuda a la menos de la mitad al pasar de 2.624 millones, a finales de 2015, a 1.214 millones, gracias a la política de desinversiones del grupo.

La agencia asigna perspectiva estable a una compañía que, sólo en este ejercicio, ha conseguido retornar a sus accionistas un 18,52% de rentabilidad, con dividendo. La compañía además se encuentra a un paso de sus máximos históricos, marcados este mismo año en los 35 euros.

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La constructora es la tercera con una puntuación más alta, según los indicadores técnicos del Ibex35, en plena tendencia alcista. Las medias cruzadas al alza, con una volatilidad que es decreciente y con un volumen de largo plazo que es la única variable que puede ir en contra de la actual tendencia al alza de la compañía.  la superación de los 35 euros llevaría a la acción a la zona de 36 euros y, entonces, podría entrar en subida libre.