Euro, dólar, libra, franco suizo…las divisas fueron protagonistas durante la primera parte del año, y lo fueron gracias a los datos publicados sobre la economía. En lo bueno y en lo malo. Lejos de ser un matrimonio las divisas se han movido al antojo de los datos macroeconómicos: el anuncio de impago de la deuda Griega, la rebaja de calificación del país heleno junto a economías como la Portuguesa o la española o el incremento de los diferenciales de los bonos fueron motivos más que suficientes para que la presión vendedora se cerniera sobre la divisa europea. ¿La consecuencia? Una caída del en lo que va de año.

Se ha llegado a tachar de insostenible el actual formato de la divisa. Carlos Esteban, gestor de Alpha Plus reconoce incluso que el euro nace con un problema de origen “y es que no se pueden aplicar medidas tan homogéneas a economías tan heterogéneas”. Un hecho que se puso de manifiesto en momentos positivos “de cierta benevolencia económica pero que ahora incluso podría amenazar su actual formato”. Este experto reconoce que hay que filtrar la entrada de países “porque incluso entre las economías que son medianamente solventes, es un sistema bastante vulnerable”. Aunque hay quien ve el vaso medio lleno y cuando unos ven en la caída del euro, debilidad económica “hay otros que optan por hacer una lectura positiva que viene del incremento de la competitividad en la Eurozona”, asegura
Miguel Ángel García, director de inversiones patrimoniales de Banca March.

Y ahora se suma un nuevo motivo de análisis: la decisión, por parte del Banco de China, de flexibilizar su política monetaria de cara a obtener una apreciación del Yuan. Algo que según José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citigroup “no es más que una declaración de intenciones para dar más flexibilidad al tipo de cambio y eliminar la presión en el G-20 de las tensiones entre Estados Unidos y China”. Enrique Martí, responsable de desarrollo de negocio de CMC Markets advierte de que “el tiempo dirá si es suficiente para una apreciación real y estable del Yuang, que es lo que todos los países esperan como punto de partida para un mayor equilibrio mundial, donde los productos chinos ya no resulten tan baratos, y que a su vez hagan más competitivas las exportaciones chinas”.

Una medida que beneficiaría a todos “al comercio mundial y a los países desarrollados, que en este momento están necesitados de demanda final”, reconoce Campuzano que no cree que “la subida de la divisa vaya a ser del 12% en un año”.Daniel Pingarrón, analista de IG Markets reconoce que “hay estudios del FMI que aseguran que una apreciación del 10% del yuan supone un aumento de la demanda privada de los consumidores chinos del 2% (…) Pero en absoluto se maneja que se aprecie un 10% por lo que es una tímida liberalización muy de la mano de las presiones que ha ejercido el gobierno de Estados Unidos desde hace meses para tratar de favorecer su balanza comercial con China”.

Sea por las razones que fuere, lo que los expertos tienen claro es que el optimismo fue sólo temporal. “Todas las predicciones han apuntado siempre a un Yuan muy estable respecto al dólar estadounidense como respecto al euro”, reconoce Manuel Sousa Andrade, sales trader de Saxo Bank. Por ello, aunque la reacción de la divisa china ha puesto el acento sobre algunas de las emergentes “es de esperar que si el PIB mundial se desacelera, las monedas emergentes continuarán debilitándose más frente a dólar y euro”. Eso sí, este experto de Saxo Bank no dibuja ese escenario y opta por una “consolidación al alza de las divisas de mercados emergentes – si las comparamos con el yuan- frente a dólar y euro”.

¿En qué divisas operar? Emergentes, sin duda

Con este panorama, sobre todo el que estamos viviendo en Europa, no es de extrañar que los inversores vean un alto riesgo en la divisa comunitaria “por lo que se refugian en otras divisas, como el dólar o el yen”, reconoce Sara Carbonell, responsable de fidelización y desarrollo de clientes de CMC Markets. De hecho, el gráfico del euro-dólar “sigue siendo bajista, tiene una resistencia en 1.2460 unidades y si los pierde irá a testear las 1.18 unidades”, advierte Miguel Cedillo, gestor de Dif Broker. Melchor Armenta, Trader de divisas y colaborador de WorldSpreads  reconoce que “el euro se verá más perjudicado porque la recuperación de las distintas economías de la Zona Euro irá por detrás de la estadounidense. Es posible que los americanos toquen los tipos de interés antes de final de año, lo que perjudicará al euro”. Este experto cree que mientras la relación euro-dólar no suba de 1.2830-1.31 unidades “no pensamos que cambie su tendencia”. A partir de ahí, cree que irá rompiendo niveles de soporte que “incluso le acercarán a los 1.15-1.10 dólares y de ahí no descarto ver el par”.

Por ello, es posible encontrar oportunidades en todas aquellas divisas asiáticas que se verán beneficiadas de la apreciación del Yuan. Sara Pérez Frutos, directora general de Dracon Partners EAFI reconoce que las divisas de los países emergentes “siguen dando juego. Cruces como el won coreano, elringgit malayo e incluso la rupia india han tenido una volatilidad frente a la divisa europea que ha dado una rentabilidad cercana al 5%”. Un plus si se piensan los niveles en los que se encuentran los tipos de interés actualmente. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. El riesgo de la inversión llega de su volatilidad “porque realmente se está cubriendo mucho límite de riesgo”, reconoce el trader de divisas, Melchor Armenta. Por eso, él recomienda fijarse en una moneda fuerte como el Yen Japonés “que también subirá con arreglo al Yuan”.

La estrategia de Alejandro Martín, subdirector en España de Hanseatic Brokerhouse es la de “estar corto en euro-yen siempre que se mantenga por debajo de las 115 unidades”. En cuanto al dólar-yen, Armenta advierte que “el yen subirá contra el dólar. No será muy rápido, porque Japón está muy previsor para que no les perjudique, pero si cotiza en 89.25 lo podemos ver incluso en 85 unidades”. El subdirector en España de Hanseatic Brokerhouse reconoce que “mientras el dólar-yen esté por debajo de 95 unidades la estrategia es la de estar cortos con objetivo en 82.20”.

Pero ¿y si tomamos como referencia al dólar? Son muchos los expertos los que consideran que si Estados Unidos comienza a elevar el precio del dinero, muchas divisas se verán beneficiadas de ello. Monedas como el peso mexicano, el real brasileño o el rublo. También es posible sacar partido de divisas que tradicionalmente han gozado de cierta tranquilidad: como el franco suizo. Sin embargo, “hemos estado haciendo mínimos históricos todos los días, hasta las 1.3327 unidades y es una divisa que ahora tiene su riesgo”, reconoce Melchor Armenta, colaborador de Worldspreads. Eso sí, de tener una posición estratégica “estaría largo de franco suizo corto en dólar porque tienes más opciones de que salga bien la operación”. La intervención del Banco Central Suiza será en francos suizos y eso ayudará a su divisa. ¿El horizonte de inversión? Este trader de divisas se fija el medio plazo – hasta final de año- el momento en que la FED comenzará a subir el precio del dinero. “Ahí, saldríamos de esta posición”, concluye.