Las acciones de las empresas tecnológicas salieron reforzadas de la sesión de este martes, en la que avanzaron en su conjunto un 1,38%. Intel lideró las ganancias entre las tecnológicas que cotizan en el Dow, gracias a una revalorización de sus acciones del 3,14%, mientras que Cisco avanzó un 1,06%, IBM subió un 0,62% y Microsoft ganó un 0,14%. Los títulos de Texas Instruments recuperaron el 6,32% de su valor, después de que, tras el cierre del lunes, la compañía revisara al alza sus previsiones de ingresos y de ganancias por acción en el segundo trimestre de este año.

El sector financiero avanzó en su conjunto un 0,55% y las acciones de American Express fueron las que registraron mayor subida, un 4,99%, entre las empresas incluidas en el índice Dow Jones de Industriales.

American Express y otras entidades bancarias, como JPMorgan, Goldman Sachs y Morgan Stanley, entre otras, confirmaron hoy que han recibido permiso de las autoridades reguladoras de Estados Unidos para devolver unos 68.000 millones en fondos públicos recibidos en plena crisis financiera.

El parqué neoyorquino, sin embargo, apenas acusó la noticia y las acciones de Morgan Stanley y JP Morgan se depreciaron un 1,31% y un 0,37%, respectivamente, mientras que Goldman Sachs subió un 0,65%.

El sector de materias primas registró una de las mayores subidas de la jornada, al avanzar un 1,59%, gracias a la devaluación del dólar ante el euro y otras divisas y al encarecimiento del barril del petróleo de Texas, que cerró por encima de los 70 dólares por primera vez este año.

Las acciones del fabricante de aluminio Alcoa subieron un 3,53%, la química Dupont avanzó un 2,75% y la petrolera Chevron ganó un 0,88%, en tanto que su rival Exxon Mobil perdió un 0,07%.

Las mayores pérdidas entre las empresas del Dow las protagonizaron United Technologies (-1,72%), Hewlett-Packard (-1,52%), Kraft (-1,43%), Procter & Gamble (-1,37%) y la farmacéutica Pfizer (-1,26%).

Las acciones de Ford cerraron a 6,26 dólares, un 1,88% por debajo del precio que tenían el lunes.

La deuda pública a diez años subía de precio y ofrecía una rentabilidad del 3,86%