En primer lugar, las valoraciones del sector siguen estando en unos niveles muy atractivos en comparación con el resto del mercado. El PER relativo futuro del sector tecnológico está cercano a los mínimos históricos, a pesar de la fortísima tendencia de la demanda, los cash flows estables y los citados sólidos balances. También somos de la opinión de que, salvo en el caso de un importante revés en el entorno macroeconómico, las estimaciones de beneficios en el sector tecnológico son demasiado bajas.

Dentro de otro orden de cosas, pero que a su vez constituye otro factor importante a favor de la tecnología, los cambios en el perfil de la población implican que cada año un porcentaje cada vez mayor de la población está compuesto de “nativos digitales”: aquellos consumidores para los que la tecnología digital ya existía cuando nacieron. Un número creciente de estos nativos digitales, unido a los “inmigrantes digitales” (aquellos que crecieron con una tecnología mínima, pero que estuvieron dispuestos a adoptarla más tarde en sus vidas) gastan una proporción mayor de sus ingresos en TI, ejerciendo una influencia positiva sobre las oportunidades de crecimiento de este sector. También merece la pena señalar que la Ley de Moore (la cual, en términos sencillos, dice que cada 18 meses los semiconductores se vuelven el doble de rápidos, ocupan la mitad del espacio o cuestan la mitad que la generación anterior) está contribuyendo a rebajar el precio de un mayor número de productos tecnológicos a niveles que los hacen accesibles a los consumidores de los mercados emergentes.

Por último, tampoco puede olvidarse que Internet continúa su tendencia de crecimiento histórico. El dilema al que se enfrentan los departamentos de marketing es sencillo y viene de tiempo atrás: ¿cómo convierten su gasto en publicidad en algo cuantificable y por tanto justificable? Mientras que la publicidad en televisión, medios impresos y vallas publicitarias sólo ofrece evidencia anecdótica sobre su efectividad, las nuevas avenidas de publicidad online proporcionan un efecto visible y cuantificable a una fracción del coste de los medios tradicionales.

Las ventas online en la actualidad representan sólo el 3% y el 1% del total de las ventas minoristas en EE. UU. y China respectivamente. Las tasas de penetración de la banda ancha en las economías BRIC también están muy por debajo de las de EE. UU. Partiendo de estos bajos niveles, es innegable que existe un enorme potencial no realizado de crecimiento futuro.

Stuart O´Gorman, gestor del fondo Henderson Global Technology Fund