Como no podía ser de otra manera, aunque tarde, el BdE trata de ajustar la normativa que rige actualmente las empresas tasadoras a la situación actual del sector inmobiliario, adecuándolo para que no se produzcan de nuevo los fallos y defectos que en parte son culpables de la situación. La empresa tasadora en un fácil símil es como el notario que da fe de lo que se está firmando. En este caso te indica que el valor de lo que compras es el que se certifica de ahí su importancia para la salud del sistema financiero sobre todo en las operaciones del mercado hipotecario fundamentalmente.


La realidad de las tasadoras y su actuación en el mercado ha estado marcada en primer lugar por las necesidades del cliente, que ha pedido sus servicios y por otra,  con la vinculación a los grupos financieros para los cuáles han trabajado. Estos comportamientos tóxicos han conducido a su devaluación permanente .
Hay varias cuestiones que se remarcan en este proyecto de circular que todos entenderíamos que formaban parte ya con anterioridad de la normativa pero no es así y por ello con demora se trata de implantar ahora .

A estas alturas parece obvio que ya sea un banco o un particular el peticionario de la tasación no puedan estar vinculados o que sus ingresos totales no puedan ser superiores en un 25% en el caso de la tasadora , pues como esto no ocurría anteriormente se remarcan ahora más. Parece mentira que ahora se pretendan regular aspectos que han debido ser prioritarios para el BdE en el ajuste de este sector pero nunca es tarde para cambiar las cosas. Por ello, se quieren conocer ahora en el plazo de un mes desde su entrada en vigor qué mecanismos han puesto en práctica las tasadoras para favorecer la independencia de la actividad de tasación y evitar conflictos de interés. Sabemos que muchas tasadoras están vinculadas o dependen de entidades de crédito por lo que a priori no la van a perjudicar en sus tasaciones, se quieren establecer unos requisitos mínimos de conducta profesional para evitar estos condicionamientos.

Resulta paradójico que se requiera el marco de relación profesional con las entidades de crédito del grupo de influencia y de aquellas que sus ingresos totales supongan más de un 25% de su negocio,  como hemos comentado anteriormente, o que la sociedad de tasación no pueda regirse por criterios que no sean técnicos. Si es necesario remarcar estas circunstancias en la actualidad ahora nos explicamos la situación del sector. Parece obvio que no se acepten presiones de nadie y que el profesional haga su labor técnica debidamente.

Otra cuestión que se pretende erradicar es práctica habitual en el mercado:   “la pre-tasación”. Si una entidad o un cliente pretende hacer una operación hipotecaria sobre un bien real, antes se sondea el mercado. Telefónicamente se le daban unos parámetros del bien a uno o varios tasadores y con más o menos fiabilidad o exactitud te daban la valoración. Si era suficiente para poder poner en marcha la operación se solicitaba formalmente la misma y se cursaba la propuesta al órgano decisorio. Ahora se pretende acabar con esta forma de actuar aplicando el símil del juez instructor que es el que realiza la pre tasación y el que formalmente lo juzga después que será otra tasadora diferente a la que efectuó la pre tasación, el mercado entonces era muy competitivo y se llegaba hasta acoplar el valor tasado a lo necesario para la operación a cursar y formalizar.

Otras cuestiones importantes son el valor razonable, que no poda exceder al valor hipotecario concluido por valoraciones hipotecarias recientes en la localidad y tipo de activo. También se incluyen nuevos protocolos cuando la concesión de préstamos sea en moneda extrajera con el fin de que se evalué debidamente el riesgo por parte del titular de las operaciones.

Se trata pues de poner orden en este mercado en cuestiones básicas que antes no estaban debidamente clarificadas. No se puede realizar una tasación a gusto del consumidor o que sus vinculaciones societarias impidan una realización profesional de una tasación. También es necesario que las tasadoras tengan una estructura adecuada a los servicios que prestan, todos conocemos pequeñas tasadoras fácilmente manipulables en nuestro favor por la necesidad de facturar,  de ajustarse a lo que el cliente diga en más o en menos para poder tener flujos de negocio más o menos importantes., hay otras cuestiones que se están debatiendo entre las entidades financieras y como novedad con las empresas del sector.

Rafael Montava Molina
Consultor Financiero Empresarial
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