Podemos encontrar muchas definiciones en la literatura pero, por simplificar y encauzar esta pequeña explicación, son aquellas inversiones con un binomio rentabilidad/riesgo que difiere en gran medida de las inversiones tradicionales (acciones y bonos), por lo que su potencial de diversificación en una cartera es muy importante.
¿Qué nos pueden aportar este tipo de inversiones?. La respuesta a esta pregunta nos permite hacer una primera clasificación de las inversiones alternativas:


• Exposición a tipos de activos que no nos proporcionan los activos tradicionales. Por ejemplo: Real Estate o Commodities.

• Exposición a estrategias de inversión “especiales”, como los Hedge Funds o la categoría de Managed Futures (Futuros Gestionados).
• Una unión de las 2 anteriores: exposición a tipos de activos únicos y estrategias “especiales”, como Private Equity o Distressed Securities (compañías cerca de la bancarrota).

Por su importancia y relevancia en la industria financiera me voy a centrar en este artículo en los Hedge Funds. Estos vehículos cuentan hoy con más de 2 billones de dólares bajo gestión, casi un 1,5% de los activos financieros a nivel mundial. Sin embargo, existe un gran desconocimiento sobre su mandato de gestión y sus múltiples estrategias utilizadas, por lo que es muy difícil asignarles un benchmark (generalmente se usa algún índice monetario porque el objetivo de los hedge funds es la consecución de un retorno absoluto). Como no están ligados a ningún Benchmark, en la gran mayoría de los casos, la rentabilidad del hedge fund va a depender de la habilidad del gestor, por lo que no estará correlacionada con la rentabilidad de los activos tradicionales. Y es aquí donde radica su principal virtud.
No están obligados a proporcionar tanta información como un fondo de inversión tradicional. Son, por decirlo de alguna manera, el “niño mimado” de la industria financiera. Debido a esta “opacidad”, el proceso de due diligence del hedge fund se convierte en pieza fundamental para realizar un correcto análisis del mismo.

En un entorno tan volátil y correlacionado como en el que nos encontramos, son muchos los inversores y gestores/asesores que están confiando en este tipo de inversiones, no sólo como componente diversificador de su portfolio con un mínimo porcentaje, sino que cada vez está ganando mayor peso en el asset allocation de los gestores. Los inversores están escarmentados y ya no les vale una gestión tradicional, aquella que se basaba en comprar unos fondos o acciones y no hacerles ningún tipo de seguimiento. Desde hace “algún” tiempo los mercados se mueven en amplias tendencias (alcistas y bajistas!) y es de vital importancia llevar una gestión activa. Muchos de estos inversores han descubierto y pagado con parte de sus ahorros que en la Bolsa a largo plazo NO siempre se gana!!! (aunque habría que definir mejor largo plazo: para mí varios años ya es largo plazo…) Por favor, que no nos lo digan más veces. ¿Quieren que les ponga ejemplos?. Creo que no hace falta…

Las inversiones tradicionales funcionan bien en un determinado entorno de mercado, pero el objetivo de los hedge funds es obtener rentabilidad positiva en cualquier entorno de mercado. ¿Les suena?. En AR EAFI perseguimos el mismo objetivo. Aunque sólo sea por definición, sus objetivos ya gustan al inversor pero ¿lo están haciendo bien?
Tenemos numerosas fuentes de información que nos miden el performance de los hedge funds
. Desgraciadamente cada una de ellas clasifica a este tipo de fondos de una manera e incluye en su composición un determinado número de fondos. Sin embargo, las diferencias no son excesivas. Para analizar el performance de los hedge funds elegimos la web www.hedgeindex.com, obteniendo los siguientes datos a cierre de septiembre y en dólares:



Como se puede observar todas las categorías, a excepción de los hedge funds que sólo utilizan estrategias bajistas, tienen rentabilidades positivas. Por lo tanto, con la inclusión de los hedge funds en nuestra cartera no sólo controlamos el riesgo (tienen una volatilidad muy inferior a la Renta Variable) sino que estamos optando a notables retornos positivos, es decir, reducimos el riesgo sin sacrificar la rentabilidad.
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Échenle un vistazo ahora al siguiente gráfico:



En él estamos midiendo, en un periodo de tiempo lo suficientemente representativo (13 años con rallys y bajadas de mercado importante), la rentabilidad y volatilidad anual de distintas clases de activos. CONCLUSIÓN: la categoría de Hedge Funds (DJCS Hedge Fund Index) demuestra obtener más rentabilidad con menor riesgo que muchos índices de Renta Variable en el periodo analizado.

Dicho todo lo anterior, hay que tener en cuenta que siempre estamos hablando del mundo hedge como una globalidad. Los riesgos si entramos en un hedge fund individual serán mucho mayores y sus características serán particulares (no todos los hedge fund tienen la misma correlación con los activos tradicionales). Por este motivo se crearon los fondos de fondos hedge, que aúnan en un fondo distintas tipologías, de tal forma que diversificamos el riesgo (eso sí, con una comisión de gestión bastante elevada…). Como siempre, la función del gestor o, en nuestro caso, asesor financiero juega un papel importantísimo en la selección de este tipo de inversiones, debido a su complejidad y heterogeniedad.

Nosotros en  perseguimos el mismo objetivo que los Hedge Funds: consecución de retornos positivos independientemente de la dirección de mercado. Es por ello que adoptamos estrategias alcistas/bajistas en función del movimiento de los subyacentes, llevando una gestión actica y dinámica. De poco nos sirve si nuestro cliente gana un año el 25% y al año siguiente pierde un 30%. Es lo que intentan evitar también los Hedge Funds.