"Si las agencias de calificación crediticia ven el refinanciamiento de la deuda como involuntario y un incumplimiento parcial, acabará por contagiarse a otros países de la eurozona periférica", dijo Wellink en una entrevista que recoge el Het Financieele Dagblad.

"Si se toman estos riesgos, es necesario construir una red de seguridad. Una duplicación del fondo de emergencia, hasta los 1.500 millones de euros."

Wellink, quien se retira como presidente del banco central holandés este mes, se opone firmemente a una contribución involuntaria de los inversores. "Si una contribución no es voluntaria, dará lugar a una cadena de reacciones desfavorables para todos nosotros".